PODER POLÍTICO

Por: Ciriaco Navarrete Rodríguez.-

Los gobernantes surgidos, de las ahora, carcomidas filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), instituto político que surgió como Partido de la Revolución Mexicana (PRM), el 30 de marzo de 1939, fundado por el general Lázaro Cárdenas, en sustitución del Partido Nacional Revolucionario (PNR), que había sido fundado por Don Plutarco Elías Calles, el 4 de marzo de 1929, lo cual es la verdad histórica e irrefutable.

El PRM, en el año de 1945, se transformó en Partido Revolucionario Institucional (PRI), fue creado por el presidente Cárdenas, como brazo político gubernamental, pero para fortuna de los mexicanos, es evidente que ya se encuentra en terapia intensiva irreversible, y en vías de extinción, lo cual, para quienes formamos parte del genuino pueblo mexicano es altamente satisfactorio, pero no lo es, para sus encumbrados beneficiarios.

Para fortuna de propios y extraños, el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), hombre de origen netamente priista, razón por la cual, evidentemente descubrió a tiempo muchas de las trapacerías de los gobernantes del PRI, y sin duda por eso conoció a fondo, tanto los grandes, como los pequeños trucos de la corrupción que se practica desde hace más de 80 años, y que desde entonces mantiene hundido en la pobreza galopante al sufrido pueblo mexicano.

El presidente AMLO, desde su infancia creció muy cerca del mundo petrolero, y sin duda escuchó toda suerte de anécdotas y chismes propios de la corrupción derivada de los quehaceres comprometidos con la extracción y el refinamiento del llamado “oro negro”, como también se le conoce a ese mineral de origen Fócil, como lo es el petróleo, que a no dudarlo, descaradamente ha sido comercializado con gran voracidad corrupta, por parte de los altos mandos nacionales.

La visión política de AMLO ha logrado incrementar, su envidiable y enorme popularidad en millones de admiradoras y admiradores, así como también ha crecido grandemente la confianza que mucho le envidian sus antecesores, como Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quezada, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, y el mismísimo Enrique Peña Nieto.

Pero solamente el bufón Vicente Fox Quezada y de vez en cuando, el alcohólico Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, se han atrevido a intentar darle clases a AMLO, y lo han hecho de la manera que supuestamente, se debe conducir al país, pero con notorio desprecio, las redes sociales se han encargado de ponerlos en su lugar, imponiéndoles, con notorio desprecio, innumerables calificativos que desafortunadamente se los han ganado a pulso.

Lo cierto es que quienes critican al presidente López Obrador, en ningún caso han acertado a negar los efectos altamente dañinos, tanto para la dignidad humana, como para la economía nacional, que desde siempre había causado el grave delito del robo de combustibles, lo cual fue uso y costumbre durante décadas, porque por largo tiempo estuvo en manos de los gobernantes surgidos del ahora apolillado priismo.

Como referencia anecdótica, bien recuerdo que durante mi paso por la Sub-Dirección del Diario de México, me consta que la Dirección de Comunicación Social de PEMEX, siempre dotaba de toda clase de prebendas a los altos mandos del periodismo nacional, quienes se daban el lujo de mostrarme los paquetes de boletos de Avión, que tenían archivados en los cajones de sus lujosos escritorios.

Pero independiente de la corrupción de PEMEX, como periodista, también investigué y conocí de cerca la corrupción de la Comisión Federal de Electricidad y la correspondiente a su homóloga, la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, cuyos respectivos directores, contaban con dinero suficiente para vacacionar por todo el mundo.

Pero actualmente, a la población nacional nos alegra mucho la información que todos los días nos ofrece el presidente López Obrador, quien, dicho sea de paso, es un gigante de la comunicación popular, más que social, y quien debería ser ampliamente imitado por todos los políticos y gobernantes de México, sin importar los niveles en los que se encuentren ubicadas sus respectivas responsabilidades, ya sea estatales, o municipales.

A eso se debe el nuevo gran impacto popular que, causó ese bombazo informativo relacionado con el robo de los medicamentos, cuyos graves efectos han sido mortales, porque también ha existido gran escasez de medicinas, tanto el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), como en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y en el Seguro Popular.

Por fortuna, esa crisis no se agudizó en los servicios médicos y hospitalarios, particularmente del gobierno del Estado de Tamaulipas, porque si bien es cierto que llegó a disminuir, se debió al mismo fenómeno derivado de la disminuida dotación que envía el Gobierno Federal, porque a fuerza de ser realistas, hay que reconocer que el Gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, me consta que invariablemente le ha dado importancia suprema al cuidado de la salud de los tamaulipecos de todas las edades.

Pero lo más sobresaliente, del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, es el hecho de haber destapado la enorme cloaca de tráfico corrupto de las medicinas, cuyas consecuencias van a ser catastróficas para muchos políticos, así como para numerosos exgobernantes y también pata los proveedores, que de alguna manera fueron forzados a convertirse en cómplices de sus clientes.

Porque abundan testigos de que, a la sombra del poder público, como por arte de magia, surgieron nuevas farmacias y numerosas cadenas farmacéuticas, porque en realidad, la comercialización de medicamentos es un negocio muy socorrido, pero AMLO ha hecho surgir la esperanza de que los precios dejarán de ser onerosos e inalcanzables para las clases populares.

A manera de anécdota, esa realidad me recordó, que en tiempos en que Eugenio Hernández Flores Gobernaba a Tamaulipas, por citar un ejemplo, la cajita de Paracetamol, el proveedor la cobraba a sólo un PESO, pero la Secretaría de Salud, autorizaba que en el mercado local y estatal, se vendiera a trece pesos cada cajita de pastillas, y no me queda ninguna duda de que la autoridad de salud cobraba su respectiva y jugosa mochada.

Y como bien sabemos, así como en la banca mexicana hay bandidos de cuello blanco, también existe la certeza de que van a ser investigados, por el gobierno del presidente López Obrador.

E´mail: [email protected]

Facebook. Ciriaco Navarrete Rodríguez