HIPÓDROMO POLÍTICO…

Por: Carlos G. Cortéz García.-

 

Nadie en su sano juicio se haría el harakiri, independientemente del poder con que se sienta y en este caso que le cuento a continuación la sangre no llegó al río. Y le ilustro así platicándole que ayer se realizó una reunión muy importante en la Ciudad de México, en donde se reunieron todos los gobernadores del país con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Y lo trascendental de este encuentro, es que los mandatarios estatales y el federal llegaron a acuerdos, se pusieron todos en la misma sintonía, y la nota la dio el presidente Andrés Manuel López Obrador quien determinó que los super delegados no tendrán injerencia, ni serán los coordinadores técnicos, en las mesas de seguridad estatal y regional. Y este acuerdo llegó tras las fuertes críticas expresadas por los gobernadores.

 

En el encuentro realizado en Palacio Nacional, el presidente propuso a los gobernadores que sea el propio secretario de Seguridad Pública y Atención Ciudadana, Alfonso Durazo, quien designe a otras personas, pero ahora con un perfil técnico y no político, como debió haber sido anunciado desde el principio. Así que, a José Ramón Gómez Leal, de entrada, se le limitó su trabajo y sólo deberá supervisar la entrega de los programas federales y punto. Y como ya tendrá menos chamba, la que haga deberá hacerla bien y entregar buenas cuentas.

Así que, con el acuerdo de ayer, José Ramón Gómez Leal debe limitar sus ambiciones y trabajar para atender la precisa instrucción de su jefe, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, antes de exhibir sus aspiraciones propias, legítimas, claro, pero hoy a destiempo.

Así, que, a partir de hoy, los 32 super delegados, designados directamente por el presidente López Obrador, sólo se limitarán a atender los programas sociales que desde la Federación se pongan en marcha en las distintas entidades del país. Hasta ahí y punto. Y nada más. Y si algún super delegado, incluido el de Tamaulipas se frotaba las manos esperando ejercer un poder absoluto, a esta hora ya debió haberles quedado claro que no.

El Gobernador electo de Jalisco, Enrique Alfaro, de Movimiento Ciudadano, fue el encargado de explicar al presidente la confusión que se generó con los super delegados en materia de seguridad, pues ya estaban girando oficios y citando a mandos policiacos, cuando su función, precisamente, no es esa.

Como respuesta, López Obrador asumió que es respetuoso de la soberanía de los estados y que se va a cumplir con los compromisos que tenemos: “se le tienen que transferir sus recursos, sus participaciones federales -a los estados-”. Y se reiteró respetuoso del pacto federal y del derecho a disentir de los gobernadores, quienes pueden manifestarse cuando no estén de acuerdo con las acciones y también de acudir a instancias donde se dirimen controversias, en este caso, al Poder Judicial”, dijo el presidente López Obrador, pero les dejó en claro que tanto la creación de la figura de los delegados como la Guardia Nacional a la que también algunos de ellos se oponen, es una estrategia del nuevo gobierno.

A la reunión donde asistieron los 32 gobernadores del país, incluido el tamaulipeco Francisco García Cabeza de Vaca, el mandatario mexicano dijo que “sí hay cooperación de los Gobiernos estatales: es bienvenida y qué bueno que así sea. No vamos a confrontarnos, no vamos a caer en ninguna polémica con los gobernadores, es mano franca”, reiteró.

Entre los gobernadores inconformes por incorporar a los delegados estatales designados por AMLO en las reuniones de seguridad, están el de Michoacán, de extracción perredista, Silvano Aureoles; el de Chihuahua, de extracción panista, Javier Corral; la gobernadora priista de Sonora, Claudia Pavlovich; y el gobernador electo de Jalisco por Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro.

Este es un buen mensaje a la sociedad mexicana, que habla del respeto y de la madurez política de cada personaje involucrado en la marcha de este país, el presidente y los gobernadores para lograr sumar los intereses en beneficio de la nación, porque en un rompimiento nadie gana y todos perdemos, sobre todo los ciudadanos. Debe prevalecer, insisto, el respeto y la sensibilidad política, como sucedió ayer, en el diseño e implementación de una estrategia para el tema, quizá el más importante de esta administración: la seguridad.

No podemos olvidar que, en la administración de Enrique Peña Nieto, en el corte de caja al 31 de octubre, se contabilizaron más de 125 mil muertos en el país. Hasta ese momento, 22 mil más que en el Gobierno de Felipe Calderón. Y para revertir esta tendencia, se deben incorporar estrategias inteligentes que permitan reducir ese número de homicidios dolosos, los cuales, además, nos pegan en la economía, el turismo y el prestigio de nuestras ciudades.

Por ello, reitero, en la reunión de los gobernadores y el presidente, prevaleció la inteligencia por encima de las ideologías. Y en ello, hay que felicitarlos a todos.

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