PODER POLÍTICO…

Por: Ciriaco Navarrete Rodríguez.-

La sencillez con la cual, se condujo el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), tanto durante la magna ceremonia de su toma de posesión formal, ante el Congreso de la Unión, como cuando por la tarde, además de haber recibido el memorable y muy simbólico “Bastón de Mando”, que le entregaron los representantes de los “Sesenta y ocho pueblos Indígenas” del país, el nuevo primer mandatario de México, para sorpresa de propios y extraños su comportamiento fue señorialmente inmejorable.

Y para satisfacción de la gran mayoría de los compatriotas que habitamos este país, hoy por hoy, AMLO está convertido en el presidente más prometedor de todos los que han existido en los últimos 84 años, contados a partir del arribo al poder presidencial del General Lázaro Cárdenas del Río, quien tomó posesión de la presidencia de la República, el día uno de diciembre de 1934.

Todos los mexicanos deseamos que AMLO nos cumpla las cien promesas que hizo públicas durante la multitudinaria concentración de compatriotas que se dieron cita en la plancha del zócalo que se encuentra frente al incorrectamente llamado Palacio Nacional, y cuyo prolongado discurso, duró poco más de dos horas, y fue escuchado con soberana paciencia popular.

Desde luego que el presidente López Obrador, es un habilidoso e innato mercadólogo, y por eso ha sabido conquistar la confianza de muchos millones de mexicanos, pero en el caso particular que nos ocupa, los estudiosos de las ciencias políticas estamos más obligados a no caer en la simpleza de la seducción, propia de la retórica mesiánica, porque a fuerza de ser realistas, nadie puede gobernar solamente con buenas intenciones y bellas promesas.

En realidad, el mesianismo del presidente López Obrador, es muy convincente, y su poder seductor es inigualable, pero las mexicanas y los mexicanos, necesitamos saber, con qué dinero, será posible que el flamante nuevo mandatario nacional y su equipo de colaboradores, van a poder cumplir con esas costosas, muy costosas promesas.

En efecto, tanto en el seno del Congreso, como frente a más de 150 mil personas que lo escucharon en zócalo capitalino, aseguró que va a luchar por el bienestar de todos los mexicanos, y lo hará mediante la creación de empleos, para que los y trabajadores cuenten con recursos económicos suficientes para la subsistencia de sus familias, y la educación de sus hijos.

Es cierto que la austeridad que ha anunciado el nuevo, y muy apreciado presidente de México, generará rendimientos multimillonarios, pero dicho sea con todo realismo, esa verdad, solamente podría ser permanente y legalmente se asegurada mediante el crecimiento de la riqueza, pero en realidad, eso solamente puede suceder si AMLO se pronunciara por la adopción de la democracia verdadera, como régimen de gobierno.

Por tal circunstancia, me siento obligado a insistir en mi tesis irrefutable, de que la democracia verdadera es el único régimen de gobierno, que solamente se puede conseguir con apego a la normatividad constitucional, y de esa manera, con toda seguridad se podrá elevar el poder adquisitivo de las familias, tal como sucede en los Estados Unidos del América (EUA), que es la nación que hace más de 200 años se convirtió en la creadora de la democracia como régimen de gobierno.

Pero debo agregar que, lo mismo sucede en Japón, Alemania, Canadá, Francia, Italia y en el Reino Unido de la Gran Bretaña, y por cierto, el presidente López Obrador, en parte de su discurso, solamente hizo alusión a Canadá, donde la educación es gratuita, pero no dijo que se trata de la cuarta democracia, cuyo poder económico y financiero la ubica como una de las naciones más poderosas del mundo, y donde la gratuidad educativa con AMLO, la comparó con España, Portugal y los países nórdicos de Europa.

Por otra parte, y en relación con la temática en comento, en cuanto a las críticas de los diputados, senadores y gobernadores que fueron entrevistados por los servicios televisivos, igual que siempre, los adversarios sólo hablaron de resentimientos políticos, y se pronuncian como valientes opositores, pero no acertaron  a enunciar propuestas de fondo socio capitalista, ni de pensamiento eminentemente democrático, pero no lo hacen, porque evidencian su ignorancia por ese que es el más importante concepto gubernamental.

No cabe duda, que, les es muy urgente entrar al análisis con verdadero rigor lingüístico, para que nuestros compatriotas en general, y particularmente los políticos y los gobernantes no sigan cometiendo el gravísimo error de asumirse como conocedores y lucidos demócratas, cuando en realidad desconocen el verdadero concepto de la democracia.

Por ese motivo sigo convocando a mis amables lectores para que juntos hagamos lo necesario para que podamos convencer al presidente López Obrador, como único facultado por la Constitución General de la República en vigor, para que se decida a nombrar un Congreso Constituyente, a efecto de que redacte una nueva, pero verdaderamente Carta Magna, basada en el modelo agrario de la pequeña y/o mediana propiedad de la tierra, a efecto de que sea garantizada la solidez jurídica del derecho de la tenencia de la tierra.

De lo contrario, si seguimos atenidos al modelo agrario Ejidal y Comunal, jamás contaremos con la indispensable solidez jurídica en ese derecho territorial, y el país, seguirá siendo propiedad absoluta del presidente de la república en turno,  porque así lo determina el Artículo 27 de la Constitución que fue redactada en 1917, y cuya vigencia ya es centenaria.

El presidente López Obrador, tiene muy buenas intenciones, pero mientras siga aferrado al mandato constitucional vigente, sus promesas se habrán de estrellar en el muro de la insolvencia económica y financiera, que innegablemente, impide el desarrollo integral de la nación.

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