Hipódromo Político…
Por: Carlos G. Cortéz García.-
Dice el viejo adagio que lo que no descubre el agua y lo descubre el tiempo. Y eso, precisamente, está pasando en Tampico. La justicia divina está dando respuesta a tanto porteño que se quedó frustrado ante los abusos de poder de la ex alcaldesa, la vetusta Magdalena Peraza Guerra, de quien se nota a leguas que con todo lo que ha vivido del presupuesto público no llenó y ahora anda intentando ser la candidata a diputada local del brazo del Movimiento de Regeneración Nacional.
Primero el PRI, luego el PAN, después el VERDE y ahora MORENA. Ciertamente que el esfuerzo no habrá de rendirle frutos. Primero, porque todos en Tampico ya la conocen; segundo, porque todos en Tampico saben de que pie cojea; tercero, porque saben que Magdalena utiliza a la gente cuando primero les promete el sol, la luna y las estrellas y al llegar al cargo mágicamente se le olvida todo y “si te vi ni te conozco”.
La Peraza en la presidencia municipal hizo un uso patrimonialista del presupuesto público, dinero de los ciudadanos, al amparo del poder, y grandes negocios para ella y sus personeros, entre ellos el tesorero Edgar Ánimas, el Director de Servicios Públicos, Juan José Berrios y la irresponsable de Comunicación Social, Patricia Castro Granados, quien merece también una profunda auditoria para conocer la cuantía y el destino de los recursos de los ciudadanos.
El caso es que ayer, el secretario del Ayuntamiento de Tampico, Arturo Bazaldúa Guardiola, interpuso sendas denuncias en contra de varios personajes de la administración perazista, cuyos nombres por supuesto no dio a conocer para evitar el vuelo de los jilgueros y para mantener la secrecía de las investigaciones, las cuales surgieron de la revisión minuciosa de los documentos que integran el proceso de entrega recepción.
Es decir, sólo en esa primera revisión brincaron sendas irregularidades que motivaron que el Ayuntamiento que hoy preside el alcalde Jesús Nader Nasrallah, se viera obligado a denunciar ante el Ministerio Público esas anomalías que aún falta que sepamos a cuanto ascienden, aunque deben ser millonarias para que hayan obligado a la administración municipal a denunciarlas.
En pocas palabras, la Peraza y varios de sus muchachos, en poco tiempo, podrían vestir el traje de internos en el Penal de Andonegui si es que el juzgador así lo decide, por el tamaño de los saqueos que se sabe cometieron al amparo del poder. Y entonces sí, ni el Chapulín colorado la va a librar de ejemplar castigo, muy merecido por sus malas acciones en contra del pueblo que la eligió y por haber tenido la mano larga y “dispuesta en todo momento” para lo que se ofreciese.
En esta primera entrega, el secretario del Ayuntamiento además de la denuncia, ya entregó pruebas. Pero esta denuncia es sólo para abrir boca, porque de esta primera se podrían generar otras más que fueran complementando el cúmulo de irregularidades que, desde la oficina principal del viejo edificio de la calle Colón, en el puerto de Tampico, ordenó, dirigió y superviso, me imagino yo, la señorita Peraza.
Ella, la Peraza, dice que no tiene cola que le pisen, que no debe nada a nadie, que todo el mundo la saluda, que ella camina tranquila por las calles. Y yo sugiero que si eso es cierto, porque Magdalena Peraza Guerra no explica con pelos y señales, cual era la función de su sobrino, Luis Peraza Basañez quien de gris actor del deporte pasó a ser el super poderoso alfil en la estructura de su Tía y de quien se dice en Radio Pasillo que todos los temas puntillosos e importante$ pasaban por sus manos.
También, se detectó que la administración municipal de Magdalena Peraza ofreció becas para alumnos de costosas instituciones educativas, las mismas que serán canceladas de inmediato y reasignadas para apoyar la educación de quienes menos tienen. Lo interesante será entonces, saber a quienes, porque y los montos de dichas becas para conocer todo el escenario y a donde fueron a parar dichos recursos.
Magdalena Peraza Guerra, quien pasada la elección y siendo derrotada escandalosamente por Jesús Nader Nasrallah, pataleó para intentar ganar en la mesa lo que no pudo en las urnas, hoy vive una angustia diferente. La vetusta política sabe que puede seguir los pasos de Oscar Rolando Pérez Inguanzo, a quien ella, y nada más que ella, en su infinita soberbia y petulancia, le pavimentó el camino que lo llevó a la prisión.
Y sabe y está consciente de que la que sigue es ella y sus compinches: mientras las acusaciones contra Pérez Inguanzo se desvanecieron por falta de pruebas, las pruebas contra La Peraza están tomando tal fortaleza que de llegar a prisión difícilmente podrá salir por todo el daño patrimonial que ella y los suyos le hicieron a los tampiqueños. En este espacio lo hemos venido denunciando y hoy los hechos lo vienen confirmando. Las cosas en el Ayuntamiento de Tampico durante su administración nunca estuvieron bien. Tiempo al tiempo.
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