Polvorín…
Por: José Ángel Solorio Martínez.-

La llegada de Andrés Manuel López Obrador, generó tareas de pánico de la burocracia que opera el proyecto de PEMEX en la Cuenca de Burgos. Desde sus directores, hasta cuadros medios, establecieron estos meses una estrategia para saquear la paraestatal y resolver a sus familias por varias generaciones sus problemas económicos.

Es decir: el cambió de gobierno a nivel federal, detonó el atraco y el bandidaje.
Uno de los pillos que más se ha caracterizado como saqueador de la empresa nacional es José Othón Martínez Rivas del Activo Integral Burgos Bloque 01. Este sujeto, opera con la complicidad con el administrador Héctor Agustín Mandujano Santiago, varias empresas proveedoras de la paraestatal inexistentes.

Y de su conocido amigazo Reyes Reza personajes conocidos en las petroleras por los lazos Morales Ceron y Moisés Zacarías. Así como las flotillas de camionetas que asignan a quien les hacen favores.
Los contratos de esas empresas fantasmas con administrados a trasmano por Martínez Rivas.

En corrillos empresariales se estima que mensualmente cobran entre 30 y 40 millones de pesos.
Lo relevante en este caso, es que no se ven por ningún lado las obras que se contratan con esas compañías que cobran religiosamente sus contratos. Se cree, que Martínez Rivas, reparte las ganancias de casi una docena de empresas con sus superiores.

Los trabajos que supuestamente realizan son de supervisión de ductos y de instalación de válvulas. Casi todas, esas empresas, han ganado contratos en las zonas cercanas a Reynosa y a San Fernando.

El más recordado escándalo de Martínez Rivas, es una fastuosa fiesta para una de sus hijas que cumplió 15 años. Presumió públicamente, de que el evento le había costado casi un millón de pesos.
Algunos contratistas a los cuales no se les ha cubierto sus trabajos, señalan a ese pícaro de PEMEX como uno de los elementos que está hundiendo la empresa.
Comentan que el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, recibirá la próxima semana, un recuento de todas las pillerías de Martínez Rivas y sus socios dentro y fuera de la empresa, para que sean castigados porque son unas lacras que han quebrado con sus robos a esa empresa nacional.

Los contratistas legítimos, dañados por esos personajes reprobables, ya elaboran una serie de denuncias que harán llegar al próximo director de PEMEX de la administración lopezobradorista.

Son tan obvios esos turbios movimientos, que no se explican sin la anuencia y el visto bueno de los actuales cuadros de primer nivel en PEMEX y su centro de operación en Reynosa y en la Cuenca de Burgos.
Sin duda: una tarea para el Presidente López Obrador, que se comprometió con los tamaulipecos a sanear la paraestatal, que necesariamente tiene que pasar por el combate a la corrupción de la Cuenca de Burgos y en la Refinería de Ciudad Madero, Tamaulipas