El Fogón…

Por: José Ángel Solorio Martínez.-

MORENA Tamaulipas, vivió este fin de semana, dos fenómenos importantes que de una u otra manera, influirán en la configuración de los más inmediatos escenarios internos y externos de esa organización.
El primero:
La notable convocatoria del lopezobradorismo en el sur tamaulipeco –y su líder real, Adrián Oseguera Kernión- que como hace meses aglutinaron a mas de 7 mil militantes en la Unidad Deportiva de ciudad Madero en apoyo al proyecto de AMLO en la región.
El segundo:
El desplazamiento de algunos precandidatos a diputados locales que habían sido sumados en función de amplias alianzas con diversos actores políticos de la comarca (panistas, priistas y de otras agrupaciones), que generó un cisma en la opinión de diversas corrientes de opinión morenistas.
Oseguera Kernión, se constituyó en el morenista con mayor capacidad de movilización ciudadana y de mayor empaque en la entidad. A la vez, evidenció la recia y funcional estructura que es uno de los elementos fundamentales para ganar elecciones.
No se ve otro cuadro de MORENA, que puede mostrar ese músculo político con tanta amplitud.
Con ello, da un salto cualitativo y cuantitativo su liderazgo en Tamaulipas. En el sur, potencia su presencia, en tanto personalidades de la frontera y del centro tamaulipecos, empiezan a verlo como una real promesa para diputar espacios políticos de mayor envergadura.
Sin duda, se posicionó como uno de los cuadros morenistas, de mayores expectativas. En el presente, y en el futuro más inmediato.
La demolición de la red de alianzas que MORENA había concretado para la disputa de la mayoría legislativa tamaulipeca, es un ingrediente que obliga a una rediscusión de las formas de postulación de candidatos. La impericia se hizo presente. Desde el inicio del proceso del registro de los aspirantes, hasta la publicación de la lista.
Primer desacierto: no se asignaron los distritos desde el inicio en apego a la equidad de género. Es decir: primero el género, y luego el registro. Se hizo lo contrario: primero el registro y luego el género. ¿Qué pasó? Se utilizó esa obligación legal, para desplazar a candidatos y candidatas de buen calado y registrar a personas de poca monta.
Segundo desacierto: desplazar a personajes de otros partidos con quienes se había convenido sumarse a la IV Transformación. Ello debilita el movimiento en general y la puja por la mayoría del Congreso.
Tercer desacierto: el envío del delegado de MORENA a confrontar Alejandro Rojas. De hecho, el recién instalado representante del CEN, desmanteló la estrategia de Rojas.
Cuarto desacierto: dejar en las listas como precandidatos, a los aspirantes más frágiles. En todos los sentidos. Ni uno solo, tiene madera como para moverse con sensatez en la intensa lucha parlamentaria que se avecina.
¿Qué pasó?
¿Quién, o quiénes, fueron los operadores de tan fatal estrategia?
Las fuerzas del mal, sólo aprovecharon la coyuntura. Disfrutaron metiendo mano en las hendiduras que delineó el conflicto entre el senador Ricardo Monreal y Yeikol Polewski en tierra tamaulipeca y ahí está el resultado. Ambos actores, desde hace tiempo juegan a las vencidas.
Y no tiene nada de malo.
Justo eso, es la política.
Lo preocupante es que ese diferendo, va a impactar en la consolidación de MORENA en Tamaulipas.
No hay desacuerdo en política que soporte, el crisol del diálogo. En Tamaulipas, muchos actores están trabajando duro para consolidar a MORENA como una verdadera opción política; tanto para este 2019, como para el 2021. (Ahí están los ciudadanos y morenistas de ciudad Madero).
Los instrumentos de la política, deben prevalecer en este escenario de contradicciones. En los próximos días, veremos si hay acuerdo en las alturas. Si se reestructura esa lista que ya se ha afirmado “está rasurada”, ganarán todos; de lo contrario, estaremos viendo la ominosa entrega del Congreso tamaulipeco sin un solo disparo y el –penoso, para muchos ciudadanos– aplazamiento del proyecto de la IV Transformación en Tamaulipas.