CUADRANTE POLÍTICO…
POR: FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO.-
Mucho ojo, porque las nuevas elecciones locales que se avecinan en Tamaulipas, ya no contarán, como ocurrió en el 2016, con la protección y la complicidad de la Secretaría de Gobernación, para favorecer a uno de los partidos contendientes.
Paradójicamente, no fue el PRI, sino Acción Nacional, el que arroparon desde Bucareli.
Desde la fracción priista del senado de la república, Miguel Angel Osorio Chong , buscó hace días, revivir sus momentos estelares del poder, cuando apuñaló al PRI, y le entregó más de diez gubernaturas al PAN.
En un desafío a la lógica, los gobernadores azules fueron los que, lo obedecieron en su consigna, pero no los gobernadores priistas, que desairaron el boicot, propuesto por Osorio, desde la cámara alta.
De entrada, el plan de Osorio, para sabotear el nacimiento de la Guardia Nacional, ha fracasado. Ya no tiene el peso que llegó a tener. Esto es una muestra de que la era Osorio en el país, ha llegado a su fin, pero habrá que ver, como se mueve en lo sucesivo.
Convertido en un vicepresidente de la república de facto, el ex gobernador de Hidalgo y ex secretario de gobernación, construyó en su tiempo una cofradía suigeneris de gobernadores panistas, a costa de borrar al PRI del mapa político.
Sin embargo, el rastro más lamentable de su paso por el gabinete federal, es su tenebroso legado social, condenando a la inseguridad y al olvido a varios pueblos, especialmente al de Tamaulipas.
Hoy, en regiones como la nuestra, si a alguien hay que recordar, como uno de los personajes que torció el destino de la entidad, es a este ex ministro de la política interior que, operó a placer, y manipuló los grandes hilos del poder en estados como Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, considerados como un segundo triangulo dorado, del comercio transfronterizo.
Considerado como el operador del trabajo sucio, Osorio jamás figuró en el círculo de los afectos presidenciales, que desde un inicio se inclinaron por favorecer al grupo del Secretario de Hacienda, el economista Luis Videgaray Caso.
Sin embargo, a cambio de su distante cercanía con el último emperador de Los Pinos el chino manejó a placer la política interior. Este renglón estuvo abandonado a su suerte por un Enrique Peña Nieto, que durante todo el sexenio, se dedicó a pasear su frivolidad por el mundo, olvidándose del mosaico de pueblos y comunidades mexicanas, que lo vieron siempre como una figura lejana,
Ambos, (Miguel Angel y Luis), como dos príncipes empoderados de la economía y de la política, se creyeron dueños de la sucesión, y empezaron una lucha sin cuartel, a la postre fatídica, para la imagen de su jefe, el Presidente. Cuando llegó la hora de los relevos en las gubernaturas, la geografía de los dos grandes Océanos que flanquean a nuestra república, se convirtió en el gran pastel, objeto de la disputa.
Aprovechando su mayor influencia con el oído Presidencial, Videgaray le ganó a Osorio Chong, el padrinazgo para decidir la candidatura al gobierno de Colima, un estado clave, en el comercio internacional y el trasiego proveniente de Sudamérica, utilizando la franja marítima del Pacífico.
Poco después le tocó el turno a Tamaulipas, ventana estratégica,en el comercio legal e ilegal con el mercado estadounidense, y de nuevo, se impuso el padrinazgo de Luis Videgaray. Pero esta vez, Osorio Chong tenía algunos ases bajo la manga.
Conocedor de las peripecias del priismo tamaulipeco y del debilitamiento de gobernadores que el mismo operó desde Bucareli, Osorio tejió el guión perfecto, para vendérselo a la sociedad civil en Tamaulipas. Les vendió el cambio gatopardista, ese que se sustenta en la simulación y el engaño para cambiar y seguir iguales.
Para ello, contó con la complicidad de un gobernador como Egidio Torre Cantú que siempre manifestó su odio por el PRI. Y juntos le abrieron las puertas de par en par al PAN cabecista, un grupo azul que había demostrado consistencia opositora, y que con el tiempo, había asimilado las habilidades de la operación política tricolor, y las había perfeccionado.
En el fondo, el neo panismo tamaulipeco, llegó como un priismo reinventado, pero con una visión más elitista, y una estrategia revanchista, que muy pronto se hizo visible, en el sometimiento y represión de la burocracia estatal, considerada como el patito feo, del nuevo régimen.
El más reciente capitulo de la política nacional que se vivió en el 2018, demostró con creces, como Osorio Chong y Egidio, engañaron con espejitos y bisutería a los tamaulipecos. Sin embargo, la elección presidencial, acaba de poner de nuevo sobre la mesa de las urnas tamaulipecas, la urgencia ciudadana de una verdadera transformación
Ese es el capítulo que está por escribirse, o decidirse en los pueblos y comunidades de nuestro estado.
¿Se dará realmente la transformación social, por la vía del voto, en la lucha por el Congreso local?
De ser así, entonces Tamaulipas estaría viviendo un nuevo parteaguas político, con dos gobiernos paralelos, pero diferentes. Un congreso de izquierda MORENA, y un Ejecutivo estatal, de corte conservador y neopanista.
Es decir, una saludable democracia, de contrapesos, donde los ciudadanos, serían los grandes ganadores.
La pregunta es: ¿La era Osorio Chong, habrá llegado a su fin?
—-ZAFRA INFORMATIVA——–
¿Quiénes son los que, en días recientes, han estado tratando de moverle el tapete al alcalde MORENO en ciudad Madero, sabedores de que, ha hecho un excelente trabajo por la comunidad? Esto desde luego, que se relaciona estrechamente con la lucha política que se avecina, donde estará en juego el Congreso local.
Coincidencia o no, pero también en Matamoros sucede lo mismo, con las páginas falsas contra el ayuntamiento. ¿Será que, los adversarios de MORENA en la entidad, ya saben que la decisión de la urnas, no les favorecen?
En otro tema, el que se ha ausentado de Victoria, o al menos no se le ve por ningún lado, es el alcalde Xico. Ya se rumora que, siempre se fue a su viaje a Europa, concretamente a Madrid, aunque, se sabe que habría cancelado su viaje a las India, que estaba programado para el trece de este mes.