Por José Gregorio Aguilar
De acuerdo con el pastor Obed Gerónimo, de la Iglesia Getsemaní, algunos centros de rehabilitación de adictos están llenos de jovencitos de entre 15 y 18 años de edad que son fieles consumidores de la marihuana.
Señaló que cada semana un grupo de personas cristianos visitan algunos centros de rehabilitación con el fin de apoyar con despensa y algunas actividades recreativas a los jovencitos que están internados.
“Nosotros ahí vamos al CIPAD donde hay cerca de 60 personas la mayoría son jovencitos de entre 15 y 18 años. Nosotros vamos los lunes ahí y vemos como están hay jovencitos que ya han estado hasta 9 veces recluido, han perdido más de tres años de su vida ahí porque entran, cumplen cuatro meses, lo sacan al cumplir el plazo y vuelven a recaer y a internarse”.
Sin embargo, hay casos muy lamentables de adictos que han estado internados hasta 9 veces, es decir, han pasado tres años y medio de su vida en rehabilitación pero desafortunadamente recaen al poco tiempo.
Hay casos dramáticos como el de madres de familia que cuando el hijo cumplió los 4 meses de internamiento, prefieren que siga internado porque tienen miedo ante el riesgo de que vuelva a consumir drogas y destruir la paz y la armonía del hogar.
Opinó que los legisladores y los representantes del gobierno deben darse una vuelta a los centros de atención a adictos para que se den cuenta de los efectos devastadores que las drogas ocasionan en el organismo de los consumidores.
He entrado 9 veces por cuatro meses son casi 4 años por ser adicto a marihuana es algo que la marihuana quita, vida y cuantos están en la misma situación, el gobierno no ve así las cosas lo ve como un deseo de una persona
“Pero que vayan a los centros de adictos, ahí están los efectos, las familias ahí los llevan yo he escuchado a mama o papa cuando acaban los 4 meses, diciendo lo puedo dejar más tiempo, porque es un trastorno un peligro para la casa. Las drogas dañan a familias enteras, el efecto es destructivo porque afecta a toda la casa, pero la Biblia dice a lo malo le llamaran bueno y a lo bueno le llamarán malo, y así lo están haciendo los legisladores”.