El Fogón…

Por: José Ángel Solorio Martínez.-

MORENA en Tamaulipas, está pagando su pecado de origen: los destrozos a la institucionalidad, hechos por los liderazgos de Yeidckol Polevnsky y Mario Delgado. La primera, por sus prácticas centralistas y mercantilistas; el segundo, por el encumbramiento ilegítimo al CEN bajo artes aviesas –es líder gracias al INE y al TRIFE, y no por voto de la militancia– y su vocación por el uso pecuniario de varias candidaturas –entre ellas la de Reynosa–.
Las visiones unipersonales de dirigir a esa poderosa organización –soslayaron a otras entidades de dirección como el Consejo Nacional, el Consejo Consultivo Nacional y los Congresos Nacionales–, convirtió al lopezobradorismo organizado en una entidad vacía tanto ideológica, como estructuralmente: conculcaron los Estatutos, y no se diga el Programa de Acción.
Esas fallas de conducción, dieron pie para que vía los alfiles de Ricardo Monreal, se permitiera la intromisión de las autoridades electorales en la vida interna morenista.
Ahí fue donde MORENA, perdió la orientación.
Se transformó en una especie de PRI: es decir, en partido de un solo hombre.
(Con todo lo que ello conlleva).
Obvio: lo que hace y piensa el líder, hacen y piensan sus seguidores.
Es ese, el caso de Ernesto Palacios, Delegado de MORENA en Tamaulipas; llegó y mostró, que su cosmovisión política es semejante a la de Mario Delgado, que es casi idéntica a la del PRI.
Enseñó, sin pudor los manidos, gastados, trucos del tricolor: como estrategia para evitar el desbordamiento de las pasiones ante la postulación de candidatos en franca oposición a los ordenamientos de la Convocatoria para nombrar candidatos, los destapó un minuto antes del vencimiento del cierre de su registro.
Se está viendo: resultó lo contrario.
No hace falta esforzarse, para ver lo idéntico del comportamiento suyo con los viejos priistas que de esa forma burlaban a las militancias.
Toda forma unipersonal de dirigir, necesariamente, pasa por la liquidación de los ordenamientos internos. O sea: lo primero que estorba a un caudillo en una organización, son los mandatos de la Ley a la cual debe ceñirse.
¿Qué pasó en Reynosa, y en otros municipios de Tamaulipas?
Algo muy cuestionable: se marginó la Convocatoria –no se hicieron públicas las encuestas para seleccionar al pre-candidato más posicionado; no hubo dictámenes de los organismos internos de control de candidaturas y se eligió como candidatos, a personajes que no cumplieron con el orden procesal que puntualizó el documento convocante–, aplastados los derechos de la militancia; presuntamente algunos candidatos ungieron la mano de autoridades partidistas para ser nominados y no le han dado –todavía– el derecho de audiencia a los afectados.
El papel del Delegado, ha sido más que desaseado.
Lejos de contribuir a la unidad interna de MORENA, ha evadido operar para resarcir los desencuentros en los principales municipios del estado. Es él, el principal responsable de darle gobernabilidad a su partido en la región. Ha sido incapaz, hasta de conciliar con el interino e improvisado dirigente estatal. Reynosa, está echo bolas, justo por su impericia y su desdén.
Otro municipio en donde se actuó con los pies es Mante. Por asuntos de la equidad de género, se postuló a una damita que en el proceso electoral anterior, obtuvo menos de dos mil votos, marginando al potente doctor Carballo que se escurrió hacia el Partido Verde.
Personajes otrora democráticos, como el senados suplente Alejandro Rojas, cuidando una diputación plurinominal, han dejado hacer dejar pasar a Mario Delgado y a su representante en la comarca.
La prórroga de un Congreso Nacional de MORENA, sigue pudriendo su vida interna.
(De hecho, ese ha sido uno de los principales logros de Delgado y sus patrones: alargar el limbo partidista en que se encuentra el lopezobradorista, para evitar que las bases exijan un verdadero giro a la Izquierda, y seguir conduciendo el partido a golpes de timón; de su, timón).
No se ven, cuentas sonrientes para Delgado y su Delegado.
Se vislumbra: MORENA avanzará en Tamaulipas, a pesar de Delgado, su Delegado y su socio, Alejandro Rojas.