PODER POLÍTICO…

Por: Ciriaco Navarrete Rodríguez.-

Ciertamente, en Tamaulipas se percibe una gran incertidumbre en el seno de la dirigencia de los partidos políticos, pero se debe a la constante improvisación de los planes y programas que suelen diseñar para participar en las campañas electorales como la que se avecina, y cuyos comicios se celebraran el día uno de junio de presente año 2019.

Esa incertidumbre se debe a dos factores fundamentales, porque, por una parte, los votantes tamaulipecos ya están viviendo un entusiasmado despertar político que está siendo motivado por las cotidianas conferencias mañaneras del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y en contrapartida, los partidos políticos están promoviendo a conocidos aspirantes a diputados locales, pero que tienen el grave defecto de ser “cartuchos quemados”.

Esos dos factores son determinantes de posibles y penosas derrotas electorales, lo cual, significa que la millonaria inversión que harán para pagar sus respectivas campañas, “será dinero tirado”, que nadie podrá recuperar porque actualmente vivimos en tiempos de alta fiscalización de los recursos económicos, tanto federales, como estatales.

Pero si usted es uno de los aspirantes a los que me estoy refiriendo, no se confíe en lo que le diga su espejo, porque el universo electoral ya despertó, y hay que hablarle con la verdad, porque ya se acabaron los tiempos en los que “arrastraba más votos” la candidata más coqueta, o el candidato más galán, pero también hay que recordar que no era precisamente la belleza la que se imponía, sino que eran los trucos subliminales alimentados por una millonaria corrupción.

Los tamaulipecos viejos como yo, conocemos infinidad de paradigmas que, a nivel federal, eran impuestos por el presidente de la república en turno, y en el ámbito estatal, la imposición de candidatos era privilegio del gobernador del Estado.

Pero en las elecciones venideras, los márgenes de maniobra del gobernador son muy limitados y casi nulos, porque el efecto AMLO, es un factor muy duro de roer, pero no imposible de vencer, y por eso mismo los candidatos opositores al Partido Acción Nacional (PAN), que es el que tiene la mayoría en el Congreso Local, deben competir con apego a los saberes verdaderos.

Y me permito precisar que los saberos verdaderos se deben manejar en relación con las leyes, la economía y la educación de excelencia perfectible, los cuales son las bases fundamentales para garantizar el desarrollo integral de las naciones democráticas, pero aunque México, no cuenta con ese  régimen de gobierno, los políticos, gobernantes y los candidatos actuales, debieran abanderar la lucha por lograrlo, porque solamente de esa manera, en nuestro país, y particularmente en Tamaulipas, podría haber prosperidad a nivel popular, no solamente entre los privilegiados.

De lo contrario, la riqueza se seguirá concentrando solamente en las cofradías de esos compatriotas adinerados, como lo son todos los gobernantes y los aspirantes a cargos de elección popular, sin embargo, también persiste la creencia de que entre la gente del pueblo no hay mujeres, ni hombres capaces de ocupar los diversos cargos públicos, tanto municipales, como estatales, y federales, pero la historia nos dice que eso no es cierto, porque a nivel popular, ya existen compatriotas cuyo número es muy superior al que corresponde a los privilegiados.

A la ignorancia de esa gran verdad, se debe el llamado “chapulineo” que observamos en todo el universo político y gubernamental de México, fenómeno en el que se encuentra inmersos todos los partidos políticos nacionales y estatales.

Desde luego que es un fenómeno muy propio de las  183 naciones subdesarrolladas del mundo, porque todas ellas carecen de democracia verdadera, pero presumen de contar con ese régimen de gobierno, porque desconocen ese sagrado concepto y son dictaduras con dureza variable, pero todas se constriñen al significado etimológico de la palabra democracia, pero sus gobernantes demuestran que ignoran la concepción conceptual.

Es cierto que la experimentación conduce a la erudición y a la sabiduría pero también tiene sus límites vitales, pero en México, como en todos los países subdesarrollados del mundo, todos los políticos, tanto ocasionales como los chapulineros se apegan a aquella sentencia bíblica, que dice: “Suerte te de Dios, que el saber poco importante”.

Me permito retomar los referidos saberes verdaderos, para precisar que todo México, y particularmente, Tamaulipas, igual que todas las entidades federativas del país, necesitan buenas leyes para garantizar la paz social y la gobernabilidad, que su vez, aseguren el desarrollo integral de la industria y del comercio, porque son las fuentes de empleo popular, cuya fortaleza, en las naciones democráticas, fortalece las percepciones económicas de la burocracia gubernamental.

Pero nuestros gobernantes y políticos deben saber que el desarrollo integral de la industria y el comercio conlleva al fortalecimiento del poder adquisitivo de los trabajadores, y lo hace de manera sostenida y en franco crecimiento, pero en México, eso no sucede y por lo mismo es una de las tres asignaturas pendientes que los aspirantes debieran saber para manejarlas como sabias banderas de sus respectivas campañas políticas.

Y tal como lo he explicado con mucha frecuencia en mis trabajos editoriales, además de las leyes y la economía en mejora continua, también debemos tomar en cuenta a la educación de excelencia perfectible, como la tercera palanca para el desarrollo integral de los pueblos, y les recuerdo que las leyes prioritaria deben ser las constitucionales basadas en el modelo agrario de la pequeña y/o mediana propiedad de la tierra, para que el pueblo sea el dueño del país, ya no lo sea el presidente de la república en turno.

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