Por: Ricardo Hernández

Durante el tiempo en que me he dedicado a escribir mis propios libros, a diseñarlos y editarlos, quiero compartir con ustedes, mi querido público lector, parte de esas experiencias las cuales me han permitido crecer, avanzar y caminar por el mundo con la frente en alto.

Hay tantas preguntas que se nos podrían ocurrir mientras tenemos fresca la idea de escribir un libro, pero más allá de reflexionar en la palabra “libro”, me refiero a las  personas que por primera vez hemos tomado la decisión de sacar adelante el proyecto, incluso, de forma independiente a una editorial, considero que debemos de enfocarnos en “aprender a equivocarnos” con el primer libro.

¿Por qué?

Porque cuando se piensa en el libro como tal, se piensa en la editorial, en la difusión, en la publicidad, en las ventas, en el logo, en la marca, etcétera.

No estoy en contra de considerar eso, sino más bien mi invitación se centra en el aprendizaje, en el primer aprendizaje, en la primera obra impresa, la que tú escribiste de pe a pa.

¡Qué agradable es poder ver los errores!

Considero que en la medida en que vayamos observando nuestros errores, será como podamos ir avanzando en el proceso de aprendizaje.

Escribe una idea y ve desarrollándola poco a poco, tal vez la idea no la estires mucho en ese momento, pero ten paciencia, déjala reposar unas cuantas horas y vuelve a la carga.

Hay tantos detalles que se deben tomar en cuenta, entre esos detalles se encuentran, por ejemplo: paciencia para escribir, diseñar un mapa de ideas, o un borrador de índice, esto nos va a permitir trabajar en cada tema que hemos enumerado o jerarquizado.

Cuando desarrollamos una columna periodística o un escrito cualquiera, pensamos en lo primero que hay que decir, luego explicamos, al último redactamos la conclusión.

El contenido de un libro también sigue ese proceso.

Por otro lado, soy de la idea de que es necesario saber configurar las páginas en Word, que es el sistema para texto el cual recomiendo para todos los que no tenemos conocimientos más avanzados en otros programas de texto que permitan realizar el trabajo.

El hecho de configurar las páginas en Word nos ayudará a ir vaciando la información de todo lo que vayamos escribiendo. En este caso hablo de configurar las páginas a media carta, pero eso de las medidas lo veremos más adelante.

Si lo hacemos de esta forma desde un principio, cada vez que escribas en el formato que configuraste, te vas a dar cuenta de cuántas páginas vas avanzando. Una página normal, en tamaño carta, equivale a dos páginas del libro con el formato media carta.

Estoy casi seguro de que si te sientas a escribir una hora, digamos, lo más probable es que escribas por lo menos dos páginas y media, lo cual quiere decir que cada vez que te sientes a escribir vas a ir avanzando dos páginas y media.

Entonces le echarás cuentas y te vas a preguntar: ¿si yo escribo dos páginas y media cada vez que me siento a escribir, cuántas páginas podré avanzar en una semana, en un mes, en dos meses?

Cuando tengas control del formato que elegiste (medio oficio o media carta, u otro), tú mismo o tú misma decidirás cuándo quieres que quede terminado el libro.

Pero primero lo primero. Hay que aprender a usar un formato, hay que aprender a escribir el índice de contenido, hay que aprender a configurar las páginas, hay que aprender a aceptar nuestros errores y ver la manera de corregirlos para futuros trabajos impresos.

Dejo mis correos electrónicos para cualquier duda o sugerencia: [email protected] / [email protected]