Reflector/ Gilda R. Terán.

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Sin duda alguna que la vida se rebosa  de matices y situaciones, de momentos inesperados, decisiones y obstáculos o pruebas por superar, nadie se escapa de eso, no obstante, una determinada situación que para alguien puede convertirse y significar un proceso de fortalecimiento y fe, del que sale muy bien librado, a pesar de que no sea nada grato.

Sin embargo; para otras personas, esa misma vivencia tal vez se convierta en una verdadera desgracia, o una tribulación que le hunde en la depresión, y que  le lleva a no soltar de la mano la desesperación, la queja, la tristeza, el odio, resentimiento y desdicha.

Le comento, que aquí lo importante no es lo que nos sucede, sino cómo reaccionamos ante esas vicisitudes que la vida nos pone, qué actitud, qué tipo de pensamientos y palabras tenemos para manejar y salir avante con lo que nos sucede.

Y es que a decir verdad, la mayoría de las personas, apenas les aqueja una enfermedad, un divorcio, la pérdida de un trabajo, una recesión económica, algo con su pareja, sus padres, su familia o amigos, lo primero que hacen es victimizarse.

Por lo general, se mecen en la dramatización de sus problemas, y sus principales exclamaciones serán “pobre de mí” “no merecía esto” o “porque todo me sucede a mi” en fin, su principal tarea es quejarse con cualquiera que se le atraviese a su paso.

Y crea usted, que los dramas serán día y noche, se ponen a cavilar constantemente por qué les sucede a ellos lo que están enfrentando, qué hicieron para merecerse ese castigo, empiezan a compararse con los demás, y se ofuscan con facilidad, andan irritados, se enojan, se debilitan porque le entregan todo el poder a la no tan agradable respuesta visceral.

Sin embargo, en estos afanes de la vida, existe el otro lado de la moneda, pues afortunadamente hay  personas, que agradecen lo que le está sucediendo, se concentran en tener pensamientos positivos, en visualizar que esa situación será temporal y no estará siempre en sus vidas.

De hecho, se mantienen anclados en lo positivo y en tratar de buscar el para qué la vida les está poniendo ese reto que enfrentan y así entender qué es lo que deben aprender y no estancarse en lo que no debe ser, y aplicar un giro nuevamente y esforzarse para re direccionar sus vidas,

Según la psicología,  saber vivir  a veces en circunstancias difíciles, de presión fortalece la esfera emocional para salir adelante,  y es que una existencia sin desafíos produce víctimas entre casi todos los seres vivientes.

¿Amable lector, usted qué prefiere? porque luego de las grandes pruebas siempre podemos decir que somos más fuertes que descubrimos tener aptitudes que no sabíamos que podíamos desarrollar, entonces, todo pasa para algo y siempre sale el sol.

Y se llega a la premisa, de que cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos, sea feliz hágalo en familia.

Menesteres de ayuda.

El Sistema DIF Tamaulipas, sigue llevando tareas de coadyuva en estos días difíciles por los que atravesamos debido a los estragos por el mal latente de esta pandemia, por lo que entregaron   250 juegos de sábanas al Hospital General de esta ciudad capital.

Amable lector estos enseres fueron confeccionados en los talleres del CEDIF “Clarita Nava”, y es que ya es tradición que en estos centros de capacitación elaboren infinidad de manualidades y artículos que son necesarios en la vida cotidiana.

Y bueno con la dotación de artículos blancos entregados  seguramente que en algo mitigarán las necesidades de esta institución de salud, pues consideremos que están saturados en la atención a los pacientes.

Y también esto mismos menesteres el DIF estatal donó más de 630 mil taparoscas a la fundación Voluntad Contra el Cáncer Reynosa-Río Bravo, para seguir contribuyendo a las familias de niños con cáncer, en tratamientos, medicamentos y traslados.

Nos vemos en la próxima.

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