ORBE…
Por: Ma. Teresa Medina Marroquín.-
Conforme el tiempo transcurre hacia las elecciones históricas de 2021, resulta inexplicable que la llamada “clase política” no se ocupe de la enorme crisis que asfixia al país.
Todo mundo, de la mayoría de esa clase política, está inmerso en la grilla, en el golpeteo, en las querellas judiciales y hasta en un descuido (puede ser) en las conspiraciones, pues mientras uno de los poderes de esa clase política se adueña ilegalmente de los presupuestos de la nación, otro grupo se olvida del pueblo dedicándose a interponer una serie de litigios y alegatos interminables.
Y mientras eso ocurre, abarcando un debate cada vez más empobrecido y grosero, el pueblo mexicano, 130 millones de habitantes, vive completamente en la incertidumbre y el pánico.
Es decir, no hay certeza de nada en tanto esa clase política intenta persuadir a los mexicanos de una división de inteligentes y estúpidos, quedando la gente entre el fuego cruzado de supuestas verdades lapidarias que en fechas próximas podrían convertirse en disparos de armas de grueso calibre.
¿Cuáles son los resultados le pregunto, con todo respeto, al ciudadano presidente Andrés Manuel López Obrador, sobre las metas sociales y económicas prometidas por la 4T?
Según la percepción social y hasta las mediciones de las empresas dedicadas a esos estudios los resultados son nulos.
En palabras directas no hay avance, no hay logros, la inseguridad continúa peor que con Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, y la gran expectación que se tuvo con la denuncias de Emilio Lozoya sólo quedó en un burdo circo político.
Quedando en el otro escenario las protestas de los gobernadores por la inequidad en la distribución de los recursos públicos y la exigencia de revisar el pacto fiscal.
Y no sólo de parte de los mandatarios de la Alianza Federalista que habla claro respecto de sus pretensiones, sino del resto de los 22 gobernadores principalmente del PRI, PRD y MC, cuya hipocresía provoca que sus respectivas poblaciones no sean consideradas en algo.
EL TIEMPO NO ES UN RECURSO RENOVABLE
¿Pensará acaso esa clase política que todo México es un espacio de confrontación, enfrentamiento y hostilidad y que los mexicanos van a vivir de sus disputas y odios, que estos grupos de poder intentan hacer pasar por ideología serias?
¿Pensarán todos esos supuestos políticos que a los mexicanos les llena, los satisface, los maravilla y hasta los entretienen sus trifulcas que nada tienen que ver y están muy alejadas de las promesas electorales que todos y cada uno de los involucrados plantearon en su momento?
¿Pensarán que el único tiempo que existe y que vale es el de ellos, “fascinado” todo el pueblo de ver cómo se disputan los dineros y negocios públicos?
¿Qué le dirán, estando así las cosas, sus candidatos al pueblo ahora que pidan el voto?
¿Les dirán que no se preocupen por nada, que al fin y al cabo cada mexicano vive en promedio 300 años, además de que el tiempo es un recurso renovable?
(No se espanten si eso ocurre.)
¿Les dirán que no hay ningún problema porque cualquiera puede ir al súper a comprar un kilo de tiempo y por lo tanto de vida que dura para los próximos diez años?
EL DESAFÍO DE GANAR LA CONFIANZA DEL PUEBLO
Poca gente de los medios parece observar que la meta de los dirigentes de los partidos políticos en Tamaulipas se ha convertido en un enorme desafío.
Desde el líder del PAN, Luis René Cantú Galván y el dirigente del PRI, Edgar Melhem Salinas, así como Gustavo Cárdenas Gutiérrez del Movimiento Ciudadano y Ricardo Gaviño Cárdenas del Verde Ecologista, tanto los encargados del resto de los institutos políticos, incluido Morena que ignoro quién sea su representante en Tamaulipas, ganarse la confianza del pueblo en tiempos tan convulsionados será una misión imposible.
Tendrán en estos tiempos de indignación que combinar una extraordinaria elocuencia con pactos que dejen de lado las sospechas de que todo resulte un fraude irreconciliable con la realidad. La justicia social tiene que ser el compromiso; y que se cumpla será un reto pocas veces tan demandado en la historia política de Tamaulipas y de México.
¡Feliz fin de semana!
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