ORBE…

Por: Ma. Teresa Medina Marroquín.-

Todos los partidos políticos y grupos de poder deberían entender que la avalancha informativa que inunda los medios tradicionales y las redes sociales, alarma de muchas maneras a la población.

Y no porque nuestro pueblo sufra de alguna enfermedad nerviosa sino porque es demasiada la feroz grilla y politiquería que se confunden con los grandes temas nacionales, dando al final una sensación de que en México algo muy grave está a punto de suceder.

Impresión que a cada momento deja ver en el horizonte grandes nubarrones que evidencian la enorme escalada de tensiones generada por un país polarizado desde Palacio Nacional, y en el que ya está vigente la aplicación del ojo por ojo y diente por diente.

Un fenómeno que se recrudece con la cada vez más grande discusión del pacto fiscal entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y los gobernadores de los 32 estados, de los cuales sólo diez, la llamada alianza federalista, libran una batalla política a fin de que el presupuesto nacional se distribuya de una manera justa y equitativa.

El tamaulipeco Francisco García Cabeza de Vaca ha sido, por cierto, el que más le ha hecho saber al Presidente de la República la urgencia de una mejor repartición de los recursos públicos.

Asimismo, otros mandatarios como Javier Corral Jurado, de Chihuahua, continúan insistiendo, sin dar tregua en ese sentido, a modificar el pacto fiscal.

Y aunque una mayoría de gobernadores, en este caso del PRI, guarda temeroso silencio, están felices que sus homólogos referidos continúen trascendiendo en diferentes foros sus argumentos con los riesgos que conlleva expresarse en una forma tan abierta y decidida.

UNA DENUNCIA GRAVE… O DESESPERADA

Otro de los temas noticiosos que caen como cascada es la crisis de Morena y de su aliado el Partido del Trabajo (PT) en la Cámara de Diputados, exacerbándose la situación al no alcanzarse las dos terceras partes para elegir la nueva mesa directiva y Presidencia de ese Congreso, donde el PRI se quedó —una vez más— como tercera fuerza política con 50 legisladores, al tiempo que propuso a la diputada Dulce María Sauri como presidenta para el tercer año legislativo.

En ese sentido la protesta furiosa del diputado Gerardo Fernández Noroña, morenista disfrazado de petista, llegó muy lejos al manifestar que una de las intrigas fraguadas por el PRI sería conspirar contra López Obrador. Por ese motivo, alega, este partido no debe tener la presidencia de esa cámara ni ningún otro poder político.

Un tema que aquí (a modo de rumor) comenté el pasado lunes, pero que ahora Noroña acusa directamente al partido tricolor de pretender hacerlo contra su “compañero presidente”, recordando que si en 1994 los priistas fueron capaces de asesinar a su propio candidato presidencial Luis Donaldo Colosio y a su entonces secretario general José Francisco Ruiz Massieu, entonces no se andarían por las ramas para borrar del mapa al tabasqueño.

Y es que finalmente, señala, el PRI forma parte de lo que ellos, AMLO y compañía, llamaron por mucho tiempo la mafia en el poder, por lo que si presiden la Cámara de Diputados “volverán a ser un peligro para México” (sic).

No obstante, en relación a lo que afirma el polémico y gritón diputado del PT, son muchas las voces que juzgan de excesivos e irresponsables sus imputaciones hacia un PRI que astutamente intenta regresar a los altos niveles del poder.

Se refieren a que este partido se encuentra prácticamente desmantelado, sin futuras posibilidades electorales y con una percepción social que lo aniquila.

Empero esas circunstancias no impidieron que conservara su condición de tercera fuerza política y siga disputando la presidencia en San Lázaro. O sea que sigue jugando fuerte, aunque Fernández Noroña tiene razón a que en 2018 el pueblo de México le dio la espalda al PRI por haber abandonado sus ideales de justicia social, los cuales canjeó por saqueos multimillonarios que ahora emergen a través de Emilio Lozoya.

UN RÉGIMEN HERIDO DE MUERTE

Finalmente una de las cuestiones que preocupan profundamente a Morena es no poder recomponer la unidad con que llegó al poder en 2018, y su incapacidad de organizarse para lanzar candidatos, por ejemplo en Tamaulipas, a las alcaldías y diputaciones locales y federales.

Otros alegan que aparte de Morena el propio régimen está herido de muerte y que sus pretensiones de “purificar” a la nación no podrán ser materializadas porque el mal también los exhibe a ellos, más que nada a la familia de AMLO ubicada en el epicentro de sospechas y casos graves de corrupción.

¡Feliz miércoles![email protected], @