Este jueves 13 de agosto, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca anduvo de gira por el sur, y decidió realizar una reunión con su equipo de colaboradores, en las oficinas del CAPTA, (Centro de Atención y Protección al Turista en Playa Miramar), que se ubica justo frente a la playa del mismo nombre, en el municipio de Ciudad Madero.
CV inauguró dichas oficinas en marzo del 2018. Una obra plausible, pero finalmente lograda con el presupuesto tamaulipeco, como todas las demás obras estatales.
Y es que el dinero público no tiene colores ni partido. Eso corresponde a las épocas de campaña, pero ya estando al frente de las instituciones, se debe de gobernar, sin distingos, para toda la población, y aplicando un criterio horizontal y de respeto, sobre las alcaldías que no pertenecen a los colores del partido en el poder.
Lo cierto es que, en esta reunión del CAPTA, el alcalde maderense Adrián Oseguera Kernión no fue invitado, ni tan siquiera como un mínimo gesto de cortesía. Obviamente, con este tipo de detalles, no pasa nada, pero se pone de manifiesto ya desde ahora, un criterio partidario, que no abona al clima de respeto y colaboración que el Ejecutivo estatal, ha asegurado tener hacia otras fuerzas políticas diferentes a la suya.
En la tercera semana de marzo de este año, durante la reunión con los 43 alcaldes y alcaldesas en el Polyforum de la capital tamaulipeca, el Gobernador, en su calidad de responsable de las instituciones estatales, ante el embate de la pandemia del COVID-19, se dirigió a sus convocados en los siguientes términos:
“Su estado, sus municipios, requieren de su liderazgo, hagan a un lado cualquier tipo de situación de ideales o de colores partidistas, aquí en este tema no caben, estamos presenciando un tema muy delicado”.
Y los exhortos del gobernador fueron cumplidos puntualmente: en el caso específico del alcalde Adrián Oseguera, hemos visto como en todas sus estrategias institucionales contra la pandemia, se ha coordinado siempre con las autoridades sanitarias estatales. Esto sucedió desde el inicio del problema sanitario, los pasos que se han dado, han sido previamente consultados con gobierno estatal.
Sin embargo ahora estamos viendo que, la gente del PAN da el consejo y se queda sin él, pues al parecer, ellos sí están poniendo en primer lugar sus cuestiones partidistas, lo cual deja mucho que desear, en relación a un clima de respeto y cordialidad institucional. Ya cuando no se guardan ni las formas, pues que se puede esperar.
Pero ahora veamos las cosas, del lado del morenismo: imagínese que en una de sus visitas a Tamaulipas, el Presidente AMLO no incluyese la presencia de la autoridad estatal. Se vería mal. Porque al margen de las diferencias y los desencuentros que se puedan tener, el mandato institucional, ordena gobernar sin distingos de ninguna especie.
Hay que poner por encima de todo a México, y en este caso específico, hay que honrar el sano pluralismo existente en Tamaulipas.
Ayer por cierto, al ser entrevistado en torno al tema del desaire de que acaba de ser objeto, el alcalde Oseguera dijo no sentirse molesto, y expresó que el gobernador tamaulipeco tiene todo su respeto, como jefe de las instituciones tamaulipecas.
Oseguera, hizo alusión a que, dentro de su formación política, existen valores encaminados a respetar a las instituciones, por encima de siglas y de membresías.
“El gobernador siempre será bien recibido en ciudad Madero. Siempre será bien recibido, esta es su casa. El gobernador siempre tendrá mis respetos, y el siempre puede venir, las veces que sean necesarias a ciudad Madero, así yo no sea invitado. No pasa nada. Yo me dedico a trabajar todos los días para todos, sin colores. Yo no mezclo los colores para nada. Primero están todos los maderenses”.
A manera de colofon, diremos que, en el caso de este episodio en particular, y hablando de la respetable investidura del gobernador, ante los alcaldes opositores, lo cortés no quita lo valiente. Y por encima de cualquier fobia hacia tal o cual color o partido, están los intereses supremos del pueblo tamaulipeco.
Cabeza llegó al poder impulsado por un movimiento ciudadano vigoroso, que legitimó su elección. Eso todos lo reconocemos. Pero de la misma manera, han llegado mediante la voluntad popular, algunos alcaldes que no son de su partido.
En el caso específico de Oseguera fuimos testigos del copioso apoyo ciudadano que lo llevó a la alcaldía. Y creemos que les está cumpliendo con creces, gobernando sin prejuicios políticos de ningún tipo.
Lo anterior se demuestra, en que, hace unos meses Oseguera apareció rodeado de todo su cabildo, incluyendo a los regidores de oposición, en apoyo a los pequeños vendedores afectados en sus ingresos por la pandemia.
Esta, me parece, fue la mejor muestra de pluralismo y respeto institucional, demostrada por el jefe político maderense. Una palabra que parece definir todo esto, es: congruencia.