Reflector/ Gilda R. Terán.

Son muchas las teorías que sostienen que el ser humano es malo por naturaleza, en cierta ocasión el  filósofo inglés del siglo XVIII Thomas Hobbes en su obra El Leviatán (1651), escribiría “el hombre es un lobo para el hombre”  para referirse a que el estado natural del  ser humano lo  lleva a una  lucha continua contra su prójimo.

Este filósofo, daba a entender con esta metáfora que con el animal salvaje que el hombre lleva por dentro, es capaz de realizar grandes atrocidades y barbaridades contra elementos de su propia especie.

Y entre algunas de esas acciones son dirigir guerras, practicar exterminio a un grupo social, realizar atentados, asesinatos y secuestros, someter a otros individuos a la esclavitud, tráfico ilegal de personas, etc.

Es de considerar que el hombre puede presentar una conducta buena e intachable, pero también destructiva y egoísta, específicamente cuando se mueve por sus propios intereses, convirtiéndose en un depredador de sí mismo, y que se une en sociedad para sobrevivir.

Es cierto que hoy en día, en las sociedades actuales, podemos decir que el mayor enemigo del hombre es el mismo, tome en cuenta que somos la única especie que ataca premeditadamente y no por instinto, no se trata de supervivencia ni de defensa propia, nos movemos guiados por intereses egoístas,.

En ocasiones somos intolerantes y posesivos. ¿Actuamos así por instinto? ¿Está ese comportamiento en nuestra naturaleza? en caso negativo, llamarnos animales sería insultar a los animales, los cuales sí que se mueven impulsados por el instinto ya que no tienen la capacidad para razonar que tiene el ser humano.

Sin embargo, nos debe confortar que no todos somos así, que hay personas que no se mueven guiadas por intereses sino que ayudan porque creen que es lo correcto, personas que valoran otras cosas por encima de sus bienes y sus ganancias, gente que se respeta a sí misma y respeta a los demás.

Podemos decir pues; que la principal causante del egoísmo humano no es su naturaleza, sino más bien la sociedad capitalista, este grupo que supuestamente premia a los que se esfuerzan y castiga con dureza a los que no, lo único que hace es crear cada vez más desigualdades.

Haciendo con esto mucho más difícil la igualdad de oportunidades, provocando de esta manera el odio y el resentimiento de aquellos que menos tienen y la avaricia de aquellos que más tienen, que hacen lo que pueden para preservar sus privilegios.

Verá usted, se trata de una sociedad en la que se enseña a las personas desde muy pequeñas a competir para obtener lo máximo posible, sin un objetivo claro más que el de acumular riquezas y privilegios.

Es posible concluir que el hombre tiene un gran potencial para el bien pero también para el mal, específicamente cuando sólo busca sus propios intereses y no se preocupa por su prójimo

Prevaleciendo con esto el individualismo del ser humano, el cual lo obliga a vivir en guerra entre sí, ya que vemos que los mayores desafíos a los que nos enfrentamos como especie son creados por nosotros mismos.

Porque vemos que es común que los más fuertes exploten a los más débiles, cuando deberían protegerlos, esto revela que el hombre tiene espíritu de depredador, siendo un villano para sí mismo.

Es posible concluir que el hombre tiene un gran potencial para el bien pero también para el mal, específicamente cuando sólo busca sus propios intereses y no se preocupa por su prójimo

Amable lector, se cuenta que una mañana un viejo Cherokee le contó a su nieto acerca de una batalla que ocurre en el interior de las personas.  

Él dijo, «Hijo mío, la batalla es entre dos lobos dentro de todos nosotros». 

«Uno es: la ira, envidia, celos, tristeza, pesar, avaricia, arrogancia, autocompasión, culpa, resentimiento, inferioridad, mentiras, falso orgullo, superioridad y ego.

«El otro es: alegría, paz amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad, benevolencia, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe.

El nieto lo meditó por un minuto y luego preguntó a su abuelo: “¿Qué lobo gana?” 

El viejo Cherokee respondió: «Aquél al que tú alimentes.»

Deba usted saber, que hay enseñanzas de los lobos hacia los humanos, ya que en ellos prevalece, la cohesión y la nobleza con el grupo, son cooperativos entre ellos mismos, además  son juguetones,  a la hora de jugar desaparecen las jerarquías y los más adultos disfrutan de divertirse con los cachorros.

Estos animales siguen a sus mayores y acatan todas sus indicaciones, los ancianos y enfermos van adelante porque si fueran atrás, posiblemente se rezagarían y terminarían apartados de la manada, todos caminan al ritmo de los que se mueven con mayor dificultad.

Saben dar  afecto, de hecho la propia forma de organización de esta especie implica unos lazos amorosos muy fuertes entre los miembros de la manada, son solidarios y fieros a la vez, ademan manejan la cautela y son audaces, tienen costumbres muy arraigadas y de todas ellas emana un aura de dignidad.

Nos vemos hasta la próxima.

Seamos felices en familia.

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