Se viven tiempos difíciles pero también pueden ser de reflexión, de aprender una gran lección, de darle el justo valor a las cosas, priorizar lo que realmente es importante y dejar para mejor momento lo que se pueda postergar cuando la vida se debe privilegiar.

Igual es momento de concientizar a las nuevas generaciones para que sean mejores seres humanos que nosotros, que sepan que el amar de verdad no es arriesgar a los seres queridos sino enseñarles a valorar la vida y con buenos ejemplos predicar.

Demostrar amor a los niños no significa satisfacer un antojo o cumplir caprichos, aparte de cuidarles y alimentarles el cuerpo,  también se les debe alimentar el alma, educarles, concientizarles y darles buenos ejemplos.

Lo anterior viene a colación porque el Día del Niño hasta parecía que muchos padres se odiaban y odiaban a sus familias, lo peor, no faltó quien dijera que todo era por amor a sus pequeños cuando en realidad hacían gala de irresponsabilidad.

Pues a pesar que se tienen restricciones y  recomendaciones para que la ciudadanía no se exponga a un contagio de COVID-19 mucha gente inconsciente violento todos los protocolos.

Cosa peor, con su actuar inconscientemente dieron a sus hijos un mensaje de que mal se puede actuar en lugar de concientizarlos de que para todo hay tiempos y espacios, que en estos momentos lo más importante es mantenerse a salvo de cualquier contagio  para después hacer nuestra vida normal y toda fecha importante festejar.

En  establecimientos de comida rápida, sobretodo de pizzas, desde temprana hora se registraron grandes filas de gente amontonada, sin respetar la sana distancia y sin medidas de protección, guantes o cubrebocas.

Poco les importo el peligro, quizá creen que el COVID-19 es juego o penaron que el comprarle pizza a sus hijos era de vida o muerte. Con todo respeto para los padres y madres que hicieron largas filas en establecimientos de comida rápida, pero con un poco de ingenio en el hogar  pudieron preparar lo mismo y un festejo distinto realizar, de echo hubiera tenido más valor, lo disfrutarían, recordarían y valorarían más los niños.

El hacer largas filas amontonados para adquirir una pizza desde el ángulo que se vea fue irresponsable, pues aparte que les pudieron llevar virus a sus hijos les dieron un muy mal ejemplo,  los niños verán que todo se puede violentar cuando quieran.

Cierto es que muchos padres lo hicieron aparte de festejar a los niños, para no tener reclamos  o escucharlos llorar, pero hubiera sido mejor, con paciencia y amor explicarles la gravedad del asunto.

No para espantarlos, pero sí para concientizarlos de que se está ante una crisis de salud, que se viven tiempos difíciles por el COVID-19, y que en  casa con la familia sana se disfruta mejor.

Claro que no es fácil hacer entender a los niños, los padres se tienen que armar de paciencia para explicarles de la manera correcta,  los pequeños son muy inteligentes y entienden mejor de lo que nos imaginamos.

En fin, la situación es que en estos tiempos difíciles la prioridad es cuidar la salud y vida, propia y de quienes nos rodean. El amor verdadero a nuestras familias se demuestra con buenas acciones, concientizando a nuestros hijos en momentos complicados en lugar de darles malos ejemplos.