La verdad se duda mucho que en este México lindo y querido realmente estemos preparados para afrontar el coronavirus, COVID-19, o se tengan las herramientas necesarias para diagnosticar casos pues ni siquiera cuentan con los protocolos de seguridad en los Hospitales de Alta Especialidad y seguramente en todo el país están igual.

Mire porque lo decimos, hace días lleve a un familiar a urgencias del Hospital Alta Especialidad en la capital tamaulipeca debido a que presentaba temperatura muy alta, su cuerpo adormecido, estornudos y problemas para respirar.

Cabe mencionar que ya tenía dos días con la temperatura, ni compresas de agua fría y los medicamentos que un doctor le receto  le hacen efecto, la verdad no se pensó nunca que se tratara de coronavirus, ni siquiera había ido a McAllen en esos días, sino de una terrible infección de oído, garganta y alguna alergia.

Llegamos al hospital por el área de urgencias, solicite atención explicando el cuadro que presentaba la persona, una trabajadora social dice que primero se tiene que hacer un expediente y en lo que pedían santo y seña hasta de la última vacuna del perro el enfermo casi se desvanecía.

Luego piden que pase a pagar la consulta, alrededor de 400 pesos que con gusto se pagarían,  urgía era la atención, pero el cajero no se encontraba en su lugar, siguió la espera, se pagó y pidieron otra vez esperara sentado hasta que le llamaran.

Minutos después, 15 aproximadamente, salen dos jovencitas enfermeras con toda la tranquilidad del mundo, lo pasan y van por el instrumento para el chequeo, ni siquiera traían guantes o cubre boca por si se tratara de un virus, en ese inter pasó otro espacio de tiempo que parecía eterno.

Lo vuelven a sacar a sala de espera, minutos después le llama el doctor que le reviso tranquilamente, urgía una inyección de una serie de 5 que se tendría que aplicar, pedí se la aplicaran y la pagaría pero resulta que no contaban con medicamento, que tenía que adquirirlos en una farmacia a varios kilómetros de distancia.

Para ganarle tiempo al tiempo, es decir no ir a comprar el medicamento y regresar al hospital para esperar a que lo llamaran nuevamente para la aplicación de la inyección, decidí llevarlo a la farmacia para adquirir lo recetado y  la doctora de la Benavides aplico la ampolleta.

Tres días y la persona continuaba con la temperatura y estornudos, acudió a otro doctor que le cambio medicamento e inyecciones, simultáneamente se aplicaron todos los remedios caseros recomendados, casi a la semana y siete ampolletas cedió el malestar.

A lo que vemos es que si  llega un enfermo de coronavirus a un hospital, aunque sea de alta especialidad, puede ser que ni siquiera lo perciban pues no cuentan ni con el personal indicado ni los protocolos.

Y no es que se quiera que en México cunda el pánico, pero quizá si se debe tomar el asunto con más seriedad, dice un científico de la UNAM que por ahí del 20 y 30 de marzo será cuando se expanda en nuestra nación el coronavirus y quizá tenga razón, por lo tanto se debe comenzar, pero en serio, a tomar todas las medidas pertinentes para que no se propague sin control el virus.

La Organización Mundial de la Salud ya declaro el brote de coronavirus o COVID-19 como pandemia, Estados Unidos cancelo vuelos internacionales y eventos masivos, otros países igual comienzan a tomar precauciones ¿Qué espera México?

Insistimos, no es que se quiera que estemos en cuarentena o que el pánico se apodere de la gente pero, aunque se crea que todo puede ser un asunto  armado por temas de geopolítica o no se quiera alarmar a la ciudadanía, la verdad es que hay casos registrados ya en nuestro país y las precauciones nunca salen sobrando.