CUADRANTE POLITICO…
POR: FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO.-
El armadillo capitalista de Texas, resume el simbolismo de una economía regional enconchada en sus intereses que hasta hace poco,se declaraban independientes de paises y continentes.
A ese mundo pertenece el grupo politico que actualmente gobierna Tamaulipas. Sus discrepancias con el grupo de MORENA que en diciembre asumira el poder en el país, son muy evidentes.
Ciertamente, el capitalismo del valle texano, es una zona sin restricciones ni interferencias, donde todo se puede lograr, bajo la filosofía del laissez faire y el laissez passer, que se traduce en la frase de origen frances: dejar hacer y dejar pasar.
El obradorismo es humanismo floreciente, sobre el dorso de un futuro que pretende reivindicar a los ciudadanos y sus familias. Por su parte, el poweer azul, es pragmatismo con vocacion de derecha, pertrechado en las comisuras de la cultura del sur estadounidense, donde la ideología se reduce a los negocios de toda índole.
Morenos y panistas, pertenecen a los dos extremos de la politica nacional: los que pretenden que México siga en manos de diez familias de ricos, y aquellos que buscan que los ingresos sean repartidos de una manera un poco más justa. No ven al país, ni a Tamaulipas en lo particular, con la misma perspectiva. Por esa razón,durante los próximos cuatro años, los desencuentros entre ambas fuerzas,van a estar a la orden del día.
La naturaleza molecular del obradorismo y del panismo de palacio, son diametralmente opuestas, y a pesar de que la coyuntura política, les otorgue el derecho a coexistir territorial e institucionalmente, lo cierto es que más temprano que tarde, y ante la proximidad del 2019, los dos ejércitos, uno estatal y el otro de índole federal, van a confrontarse.
La química politica, es imposible. No pueden compaginar dos grupos tan distantes en formación política, como esos dos líquidos empeñados en preservar sus diferencias, uno de otro: el agua y el aceite.
Mientras que AMLO se formó en los paisajes tropicales del sureste mexicano, los panistas del power tamaulipeco, lo hicieron en la frontera reynosense, y en el complejo y polémico valle texano, donde el capitalismo fronterizo es una selva del trasiego económico, mucho más feroz que la jungla tabasqueña.
Entre el grupo obradorista y las elites cabecistas no hay la menor coincidencia, pues ambos nucleos de poder, responden a intereses contrapuestos: los huespedes del palacio de gobierno tamaulipeco, representan, en palabras de López Obrador, más de lo mismo, en la perspectiva del cambio que despues de dos años, se niega a llegar a nuestro estado.
Mientras que AMLO, simboliza, al menos de entrada, un aire fresco que fortalece la democracia mexicana, después de que el pendulo derechizante del prianato, se instalo desde el año 2000., con la llegada del foxismo.
Basta con escuchar las declaraciones de López Obrador, durante su etapa como candidato a la presidencia dela república, para darnios cuenta que, Tamaulipas destaca en su discurso de abierto deslinde con el gobierno estatal panista, al cual ubica justo como una continuidad de las administraciones estatales del PRI.
De igual manera, el estilo de choque y confrontación del gobierno azul, entró en colisión con los coordinadores regionales de MORENA en el noreste, especialmente con el hoy lider del senado Ricardo Monreal Avila, designado por AMLO para activar el voto en esta región del país, de tendencia prianista, pero que en la elección presidencial de éste 2018, logró romper el cerco del prianato, y esteblecer un claro dominio de la izquierda morena.
La nueva correlación de fuerzas que actualmente se vive en esta región del país, donde, pareciera que MORENA se prepara para asumir el liderazgo político del Congreso local en el 2019, no es fortuita, o producto de la casualidad.
El formidable crecimiento del obradorismo en estados como Tamaulipas, obedece a factores perfectamente explicables, en función de lo decepcionante que ha resultado el PAN, en sus dos primeros años de administración estatal: setecientos días en los cuales, la estrategia de seguridad panista, no aporto nada nuevo. Y simplemente se cruzó de brazos, siguiendo el mal ejemplo del gobierno federal peñista, quien nos condenó al olvido.
Las diferencias del obradrismo, con el PRI y con el PAN que avalaron la serie de reformas estructurales, donde los únicos beneficiarios parecen ser los grandes grupos del capital nacional y extranjero, no son de mentiritas, sino de fondo. Por lo tanto, es un hecho que esos más de treinta millones de mexicanos que sufragaron por AMLO y por sus legisladores, están esperando, desde luego, que su apuesta electoral, rinda los frutos esperados.
Entre otras cosas, mayores ingresos familiares, mejores empleos, atención prioritaria a sectores desprotegidos, como los adultos mayores, madres de familia y jovenes estudiantes y trabajadores que necesitan de estímulos económicos, para salir adelante.
Esto último, tendrá que notarse de inmediato, ya desde los primeros días del nuevo gobierno federal, en el mes de diciembre. El país que hizo posible, por primera vez en la historia,el arribo de la izquierda a la Presidencia de la república.