Hipódromo Político
por Carlos G. Cortés García
· Si bien es cierto que en la capital de Tamaulipas falta mucho por hacer, también es cierto que se ha hecho mucho. Y esa transformación de Ciudad Victoria ha sido posible gracias al esfuerzo del Alcalde, Eduardo Abrham Gattás Báez, quien a lo largo de estos años ha afrontado grandes retos de los cuales ha salido victorioso.
Gobernar Ciudad Victoria nunca ha sido tarea sencilla. Ser capital implica reflectores permanentes, exigencia política constante y una ciudadanía particularmente crítica. En ese contexto, 2025 fue para Eduardo Gattás Báez un año de resistencia, ajuste y consolidación, más que de fuegos artificiales. Y en política municipal, sobrevivir con resultados también cuenta.
El principal saldo del año fue la recuperación gradual del orden urbano y administrativo. Tras años de rezagos visibles, el gobierno municipal apostó por atender lo básico: calles, servicios públicos, rehabilitación de espacios y mantenimiento urbano. No se trató de grandes obras icónicas, sino de una estrategia enfocada en lo cotidiano, esa que rara vez da aplausos inmediatos, pero que define la percepción ciudadana a mediano plazo.
En materia financiera, Ciudad Victoria logró algo políticamente relevante: operar sin crisis. Con finanzas limitadas y presiones heredadas, la administración de Gattás Báez mantuvo control presupuestal, mejoró la recaudación y sostuvo la operación del municipio sin sobresaltos mayores. Para una capital históricamente golpeada por la falta de recursos, ese equilibrio no es menor.
El 2025 también marcó un esfuerzo por reposicionar a Victoria como capital funcional, no solo administrativa. Hubo inversiones en imagen urbana, movilidad y espacios públicos que buscaron devolverle centralidad y dignidad a la ciudad. El mensaje político fue claro: la capital no podía seguir rezagada frente a otros municipios con mayor dinamismo económico.
En el terreno político, Eduardo Gattás jugó con cuidado. Mantuvo una relación institucional alineada con el gobierno estatal, evitando confrontaciones que históricamente han costado caro a la capital. Esa coordinación permitió acceder a apoyos, gestionar obras y mantener la estabilidad. En política, especialmente desde la capital, pelear con el estado rara vez es una buena idea.
No obstante, el gobierno municipal no estuvo exento de críticas. La percepción ciudadana siguió siendo exigente y, en algunos sectores, escéptica. Pero incluso ahí hay una lectura política: Ciudad Victoria es un municipio difícil de satisfacer, y sostener gobernabilidad en ese entorno es ya un mérito operativo.
El saldo de 2025 para Gattás Báez es el de un alcalde que optó por administrar la presión y avanzar sin estridencias. No transformó radicalmente a la capital, pero sí la sostuvo, la ordenó y la mantuvo en la conversación estatal con agenda propia. En política local, a veces eso es más valioso que prometer lo imposible.
Ciudad Victoria cerró el año sin crisis, con avances visibles y con un gobierno que entendió su papel: no brillar por exceso, sino cumplir bajo lupa. Y en una capital como Victoria, cumplir ya es una forma de ganar.
PD. 1. Esta noche termina el 2025, un año del que debemos hacer un balance objetivo y real, para poder iniciar el 2026 con el pie derecho. Desde este espacio periodístico, a nombre de mi familia y del mío, les deseo a todos los lectores lo mejor de lo mejor para 2026, éxitos, prosperidad, amor y salud, y que nos traigan los próximos doce meses, a todos, 365 días de tranquilidad y abundancia en nuestras finanzas familiares.
Y por favor disfrútenlo en familia y no se exponga a sufrir un accidente. Y una recomendación a quienes “festejan la llegada del nuevo año con disparos”, no lo hagan, el riesgo para todos es inminente.
Y a las 11:59 de esta noche levantaré mi copa, una nada más, para desearles feliz 2026.
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