La Comuna
José Ángel Solorio Martínez
Madero, Tamaulipas, está en una situación desastrosa. Su alcalde -de MORENA-, Erasmo González Robledo, ha sumido a la ciudad en un escenario de alta explosividad social: mantiene un enfrentamiento cotidiano, con la mayoría de los representantes de colonias, del municipio: aproximadamente 90 comunidades urbanas, son las que han externado públicamente su desacuerdo, su disenso, con sus formas de gobernar.
Aún y cuando en la localidad, la oposición está fragmentada, disminuida, la legitimidad de Erasmo está por los suelos.
A tanto ha llegado su descrédito, que la comunidad ya cuenta los días que faltan para que termine su gobierno.
Madero, es territorio de aguas negras.
Es un páramo de destrucción de la mayor parte de las calles: ni el concreto hidráulico, ha frenado el deterioro de las vías de acceso a colonias y fraccionamientos. A pesar de ese duradero material, los riachuelos de agua potable y drenaje han acelerado la disminución de la calidad del pavimiento.
Existen fugas de agua y drenaje, hasta en la otrora lujosa Colonia Unidad Nacional, donde tuvo su residencia el dirigente del sindicato petrolero, Joaquín Hernández Galicia. En este desarrollado espacio, actualmente se pueden ver rúas destrozadas con enormes baches y socavones en lo que era el corazón de la ciudad.
La gente está ansiosa, porque se vaya González Robledo; esperanzada, en que arribe una autoridad con sensibilidad para atender y resolver la problemática que la agobia.
En ese escenario, los ciudadanos ya manejan quien podría relevar en la autoridad en 2027 al tristemente célebre presidente municipal.
El diputado guindo, Adrián Cruz, legislador que ha hecho un papel destacado en el Congreso y ex secretario de Desarrollo Social en el ayuntamiento maderense; el diputado local, Claudio de Leija, con eternas aspiraciones de ser alcalde y el director del Tecnológico de Madero, Dionisio Cruz un experimentado militante de la IV T.
Claudio es el más vulnerable.
“Carece de simpatía”, lo describen en la nomenklatura de la IV T.
Dionisio, posee una respetable militancia y una innegable base social: ocho mil alumnos que estudian en el Tec-Madero. Se está transformando en la precandidatura de mayor vigor en el horizonte de la IV T y su Segundo Piso.
Adrián, tiene una estructura respetable; sus tres años de trabajo en la presidencia municipal a cargo de su política social, lo convierten en un precandidato solvente como para construir una candidatura maciza y exitosa.
De Erasmo mejor ni hablar. Es un pasivo que tendrán que arrastrar, los abanderados morenistas.
Es más peligrosa para MORENA, la enorme ola de descontento contra González Robledo, que todas las oposiciones sumadas.
Al menos, eso dicen los números.