Por: Luis Enrique Arreola Vidal.

En Tamaulipas, la Secretaría del Trabajo es —y siempre ha sido— un espejo del gobierno en turno.

Con Olga Sosa, ese espejo reflejaba bisturí, cirugía fina y resultados que podían presumirse sin filtros.

Con Gerardo Illoldi, el espejo solo refleja luz… de aro de TikTok.

LA ÉPOCA EN QUE LA SECRETARÍA DEL TRABAJO ERA QUIRÓFANO, NO SET DE FOTOS

Octubre de 2022.
Olga Patricia Sosa Ruíz llega a una dependencia repleta de polvo, telarañas y 26,681 expedientes laborales que llevaban hasta 15 años esperando justicia.

Los números no son discurso: son evidencia.

En seis meses:
• Rezago reducido de 26,681 a 18,312 expedientes.
• 9,000 asuntos resueltos en un año.
• Más de mil millones de pesos regresados al bolsillo de los trabajadores.
• 86% de conciliación, sexto lugar nacional.
• 1,575 juicios concluidos, rumbo a 3,000 anuales.

Olga no hacía reels: resolvía laudos.

No acomodaba el cabello: conciliaba conflictos.

No hablaba de transparencia: la ejecutaba.

En su gestión, la Secretaría del Trabajo dejó de ser un cementerio de expedientes para convertirse en un sistema funcional que devolvía certeza jurídica. Y dinero real. A gente real.

Y LUEGO LLEGÓ EL SECRETARIO–CON DELIRIO DE INFLUENCER.

Julio 2024.

El Gobierno estatal presenta a Luis Gerardo Illoldi Reyes como un funcionario con “trayectoria en finanzas y desarrollo urbano”.

Ojo:
Eso significa exactamente lo que parece significar.

Nunca en su vida había visto un laudo laboral.

Su primer acto de gobierno no fue revisar el rezago, ni fortalecer inspecciones, ni construir confianza entre empresas y trabajadores…

Fue correr al equipo técnico que había rescatado la Secretaría del coma inducido.

A los especialistas que se jugaron la campaña con Américo Villarreal, a los que sí sabían, los quitó para poner a sus cuates.

La Secretaría del Trabajo se convirtió —literalmente— en una agencia de colocación… pero de amistades personales.

EL REY DEL MODO RETRATO.

Desde su llegada, lo único que creció no fue el empleo…
sino su carrete de fotos.

Feria del empleo: foto.

Honores a la bandera: foto.

Reunión con empresarios: foto.

¿Qué tal se ve el ISO?

¿Y la quijada?

¿Y el ángulo?

¿Y el outfit?

Mientras Gerardo perfeccionaba la autofoto…
Tamaulipas se desplomaba al peor lugar nacional en patrones registrados ante el IMSS, con una caída brutal de –5.6% de octubre 2024 a octubre 2025.

Peor que nadie.

Ni Guerrero, ni Chiapas, ni Oaxaca.

Tamaulipas quedó sola, abajo, hundida, en la esquina del fracaso.

La gráfica es tan humillante que parece montaje… pero no: el único filtro es la realidad.

EL SECRETARIO BAJO INVESTIGACIÓN… QUE DICE NO INTIMIDARSE.

El problema de Illoldi no es solo que no da resultados.

Es que además está bajo investigación.

Y no por tonterías:
• Tráfico de influencias
• Enriquecimiento ilícito
• Nepotismo
• Y lo que se acumule en la semana

La Contraloría Gubernamental lo confirmó públicamente.

Él mismo admitió que hay denuncia formal ante la Fiscalía Anticorrupción.

Ante el Congreso, cuando le cuestionaron cómo un ex empleado bancario terminó convertido en magnate inmobiliario, soltó su ya célebre frase:

“Ni me avergüenzo ni me intimido”.

Claro, Gerardo.

¿Desde cuándo la vergüenza es requisito para explicar casas millones, terrenos y otros detallistas más?

Si la justicia dependiera del nivel de pudor, no existirían cárceles.

Tamaulipas es tierra conocida por su “feudo familiar” en los cargos públicos.

Y ahí, el clan Illoldi es caso de estudio:
• Esposa en el Congreso.
• Amigos en las nóminas.
• Parientes colocados estratégicamente.
• Propiedades que aparecen como hongos después de la lluvia.

Mientras miles de trabajadores esperan años por un laudo,
la familia Illoldi acumula patrimonio, cargos y privilegios.

No es chisme:
• Hay denuncias.
• Hay investigaciones.
• Hay documentos.
• Hay reportajes.
• Hay fotografías.
• Hay Registro Público de la Propiedad.

Y hay algo más:
hay un secretario del Trabajo que no puede explicar su propio trabajo…
ni su propio patrimonio.

LOS NÚMEROS NO POSAN (PERO TE HUNDEN)

La diferencia entre Olga Sosa e Illoldi se mide con una regla sencilla:

¿Los números suben… o se desploman?

Con Olga:
• Rezago abatido.
• Miles de expedientes resueltos.
• Dinero recuperado.
• Sexto lugar nacional en conciliación.
• Certidumbre para empresas.

Con Illoldi:
• Último lugar nacional en patrones.
• Investigaciones abiertas.
• Cero resultados.
• Cero dirección técnica.
• Redes sociales muy activas.

La Secretaría del Trabajo pasó de quirófano…
a set de TikTok.

ENTRE LA SECRETARIA QUE TRABAJÓ Y EL SECRETARIO QUE POSA.

La historia reciente puede contarse con una sola imagen:

Olga Sosa:
expedientes en mano, conciliando, firmando, resolviendo, recuperando dinero para los trabajadores.

Gerardo Illoldi:
posando, acomodándose la chaqueta, revisando el ángulo y supervisando su propio feed mientras las cifras del IMSS hunden al estado.

Una dejó cifras.
El otro deja explicaciones.

Una dejó dinero en los bolsillos de los trabajadores.
El otro deja una investigación abierta…
sobre sí mismo.

Y, políticamente, es claro:

Gerardo Illoldi no es un activo para el gobernador.
Es un lastre.
Un peso muerto.
Un costo.

Tamaulipas no necesita un secretario del Trabajo que diga que no se intimida.

Necesita uno que no tenga que explicarse.

En política hay funcionarios que trabajan…
y funcionarios que posan.

Los primeros dejan resultados.
Los segundos dejan excusas.

Y hoy, los números hablaron:
lo que dicen de Gerardo Illoldi es tan demoledor…
que ni con el mejor filtro se arregla.