Por Agustin Peña Cruz
Tampico, Tamps.- Tamaulipas está a punto de concluir el 2025 inmerso en un equilibrio
frágil entre los resultados oficiales de seguridad y la realidad cotidiana percibida por la
población. Las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública
(SESNSP) indican que la entidad ha dejado atrás los niveles más críticos de violencia letal,
pero aún enfrenta una presión constante en delitos que afectan el patrimonio y la vida diaria
de las comunidades.
El reporte presentado al cierre del mes de octubre el SESNSP, señala que el estado registra
14.50 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, lejos de los niveles de entidades
como Baja California o Zacatecas, lo que sugiere que la estrategia de contención ha
permitido reducir la letalidad. Aun así, la violencia no desaparece: el feminicidio se mantiene
con 0.97 casos por cada 100 mil mujeres, reflejando un fenómeno persistente y complejo
que continúa cobrando vidas y evidenciando brechas institucionales.
El secuestro, durante años uno de los delitos más temidos y representativos del impacto
criminal en la región, se ubica en 0.64 casos por cada 100 mil habitantes, una cifra que se
considera baja frente a otras etapas históricas en la entidad. Sin embargo, los delitos
patrimoniales siguen siendo el sello cotidiano del agravio social. En el registro resalta 41.69
robos a casa habitación, 51.94 robos de vehículo y 37.10 robos a transeúnte por cada 100
mil habitantes, indicadores que muestran que la seguridad urbana continúa siendo un
desafío sostenido. La extorsión, con 9.13 incidentes por cada 100 mil habitantes, evidencia
que la presión económica ejercida por estructuras criminales —grandes o pequeñas— sigue
siendo una realidad para comerciantes, emprendedores y familias.
Mientras que el panorama estadístico revela que Tamaulipas ha logrado contener parte de
la violencia armada que marcó profundamente su historia reciente, pero la transformación
estructural requerida para cimentar una percepción real de seguridad aún no se consolida.
La combinación de mediciones oficiales moderadamente positivas y la persistencia de
delitos que afectan directamente a ciudadanos de a pie refleja una verdad que no se
resuelve con operativos aislados.
Hay que tener presente que Tamaulipas, es un territorio históricamente disputado por
organizaciones criminales, la expectativa social ya no es solo recuperar la paz: es que la
vida cotidiana pueda desarrollarse sin la sombra permanente del miedo, las pérdidas
materiales o la amenaza, silenciosa pero constante, de la violencia organizada.