Cd. Victoria, Tam.- Se encuentra en su etapa ejecutiva el proyecto de ingeniería que habrá de instalar una estatua monumental de carácter religioso en el tradicional centro de peregrinaje conocido como El Chorrito, municipio de Hidalgo.
Concepto ambicioso, busca reposicionar dicho santuario en el mercado de los destinos turísticos devocionales. Hay potencial, buena ubicación, cercanía con la carretera 85 que une a las dos capitales de Tamaulipas y Nuevo León. Zona fértil, montañosa, en cuyas faldas se encuentra el templo y una cascada esbelta, de aguas cantarinas.
Arte estatuario de la tamaulipeca ELIZABETH PESQUERA. La semana pasada el gobernador AMÉRICO VILLARREAL visitó la localidad para supervisar la obra y constatar avances.
Una hectárea mide el terreno. Junto al monumento habrá plazoleta, zona comercial, mirador panorámico, sistemas de iluminación y renovados accesos, vehiculares y peatonales.
Su traslado en partes, a cargo del ITAVU, inició en agosto. Hoy se trabaja en cimentación, colocación de estructuras de acero y tareas de urbanización, accesos, servicios.
La obra será entregada en dos etapas, en coincidencia con las dos festividades principales de este santuario. El 12 de diciembre y el 19 de marzo, fiestas de la Guadalupana y San José, según el almanaque católico.
LAS PROPORCIONES
Figura metálica con 32 metros de longitud. Por ahí se asegura que, una vez instalada, sería la imagen mariana más grande de México y América Latina. Ni una cosa ni otra.
En nuestro país, la estatua mariana más alta en su género es la Guadalupana de Chalma en el Estado de México (33 metros) inaugurada en 2017. Cuando la tamaulipeca esté lista sería la segunda en tamaño.
En cuanto al entorno latinoamericano, la más grande es la de Fátima que se inaugura este jueves 13 de noviembre en la municipalidad de Crato, Brasil. Mide 54 metros.
En segundo lugar estaría la Virgen de la Paz, en la localidad de Trujillo, Venezuela. Data de 1983 y su altura es de 46 metros. En tercero, la Virgen del Socavón, en Oruro, Bolivia. Opera desde 2013 y mide 45 metros.
Le seguiría, en cuarto sitio, la ya citada de Chalma, México. Y luego vendría la tamaulipeca, la del Chorrito, número dos en el ranking nacional, quinta de América Latina, en el ramo específico de esculturas marianas.
Metros más, metros menos, las medidas importan para el libro Guinness de récords. Pero en nada afectan al impacto turístico ni al apuntalamiento de la identidad regional que tendrá la guadalupana de Tamaulipas.
CREER Y SABER
Sería deseable que este nuevo implante en la zona vaya más allá del ámbito religioso y turístico para exponer, además, la importancia histórica de dicho pasaje serrano por donde entraron aquellas primeras pastorías que vinieron del Nuevo Reino de León.
Por ahí pasó (en parte) la colonización del Nuevo Santander, después Tamaulipas. De aquí la necesidad de impulsar el conocimiento además de ilustrar la creencia popular. Platicarle al creciente número de visitantes la importancia de dicho santuario en la historia económica de la región.
Mas toda la narrativa en torno a la vieja hacienda de San José de la Mesa, las primeras comunidades indígenas y mestizas que se agruparon en la congregación denominada Santo Domingo de Hoyos, actual municipalidad y cabecera de Hidalgo.
Detalles como las andanzas del expresidente MANUEL GONZÁLEZ y la rústica leyenda de una imagen perfilada en piedra a la que originalmente llamaron “La Virgen de la gota de agua”. La cual se habría esculpido de manera natural con la humedad que escurre de un venero cercano.
OTRAS CAVERNAS
Que haya sido descubierta (o tallada) por pastores en una cueva, está lejos de ser casual. De siempre existe un vínculo primario ente las deidades femeninas y el elemento telúrico, protector, nutricio, dador de vida.
El útero de la tierra. Refugio y consuelo de los caminantes ante el comprensible peligro de la vida pastoril. Milagrería que emerge del subsuelo. La dama del Chorrito reproduce un patrón simbólico presente por siglos en las madonas europeas y (antes aún) en la tradición pagana.
Aquella Virgen de la Covadonga que en el siglo octavo se aparece en una gruta de Asturias para llevar a la victoria de un rey cristiano contra los moros. La de Monserrat que en el siglo noveno platica con niños en una covacha de Cataluña.
O cuando la (así llamada) Virgen de la Cueva se revela a un pastor de Extremadura para atender la súplica de buenas cosechas. Y la más cercana Virgen de la Gruta, en la Sierra Gorda de Querétaro, encontrada por un labriego otomí durante una tormenta, protectora de quienes habitan tierras áridas.
Aún más próxima, la Virgen del Contadero, santuario muy popular en los límites de Ocampo y Tula. También mariano, guadalupano, en piedra, gruta y pasaje caminero.
Y bueno, si me meto al México prehispánico no acabo, son muchas. Desde la maya IX’CHEEL, mandamás de grutas y cenotes; COATLICUE, entidad azteca, en su templo-cueva de Coatepec o la teotihuacana TLALTECUHTLI, cuyo cuerpo desmembrado creó la Tierra, mientras de su boca y ojos se formaban las cavernas.
En fin. El chorro de agua brota de un venero serrano en Hidalgo, Tamaulipas. En la humedad de la cueva, la gota persistente modeló en roca el perfil de una madre que a partir de marzo abrirá sus brazos en lo alto del cerro, para ser vista desde el valle. Ahora le llaman, también, Misericordia.
BUZÓN: [email protected]