A MI MANERA
Por Tello Montes
-Mientras tanto, se llevan entre las patas de los caballos a choferes, empresarios y obreros.
- La UAT, única universidad en México con Rastro TIF
- Beto Granados condona el 100% de multas a comerciantes.
Mientras las vacas se hunden en el lodo que dejaron los fuertes aguaceros, los productores de maíz y sorgo también se están ahogando… pero en el pantano de la desesperación, los bajos precios y el abandono.
Traen el santo de espaldas. Ya no solo por el clima, sino por un sistema que los exprime hasta dejarlos sin aire.
El campo mexicano vive su peor sequía de justicia, aunque los suelos estén empapados. Los hombres y mujeres que alimentan la mesa nacional ven cómo sus granos se devalúan, mientras el costo del diésel, los insumos y los créditos les hunde más profundo que cualquier charco.
Y cuando el agua les llega al cuello, no les queda más que salir a la carretera con tractores, pancartas y hasta vacas, exigiendo lo que hace años debió resolverse: precios de garantía justos, subsidios reales al diésel agrícola y apoyo técnico que no se quede en el discurso.
Pero mientras ellos luchan por sobrevivir, otros se van ahogando también.
Los transportistas que no pueden circular, los empresarios que pierden millones por mercancías varadas, los obreros que dejan de recibir su salario porque las fábricas paran su producción.
Es el efecto dominó de una tragedia que nadie quiere atender.
Y sí, los productores tienen razón. Han sido olvidados, golpeados y silenciados. Pero no es justo que los justos paguen por los pecadores.
No es justo que la desesperación del campo castigue a quienes también buscan sobrevivir.
Lo que urge no son más bloqueos, sino soluciones reales. No más carreteras cerradas, sino mesas abiertas de diálogo.
No más discursos vacíos, sino políticas firmes que rescaten al campo antes de que se lo trague el fango del olvido.
Porque sin campo no hay país.
Y si seguimos dejando que se hunda, llegará el día en que no habrá ni maíz en la tortilla, ni leche en el vaso, ni esperanza en el alma de México.
EN OTRO TEMA, la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) se consolidó como la única institución de educación superior del país en contar con un Rastro Tipo Inspección Federal (TIF), tras obtener la certificación oficial del SENASICA para su planta de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ).
En una ceremonia encabezada por el gobernador Américo Villarreal Anaya, el rector Dámaso Anaya destacó que este logro representa un ejemplo de innovación, vinculación productiva y desarrollo económico para Tamaulipas.
El rastro universitario procesa entre 70 y 90 reses por semana, con capacidad de hasta 100 sacrificios diarios, integrando enseñanza, ciencia y producción bajo las más estrictas normas de inocuidad y bienestar animal.
El rector subrayó que este proyecto, nacido del trabajo conjunto entre docentes, estudiantes y productores, fortalece el prestigio académico y científico de la UAT, y posiciona a Tamaulipas entre las tres entidades más competitivas del país en producción de carne certificada.
Durante el acto, Américo Villarreal Anaya reconoció a la UAT como referente nacional en innovación agropecuaria y reafirmó su compromiso de impulsar la educación, la ciencia y la tecnología como motores de transformación y bienestar social.
La certificación TIF permitirá a la UAT y a Tamaulipas participar en mercados nacionales e internacionales, con la posibilidad de exportar carne a más de 60 países, consolidando un modelo universitario que une investigación, desarrollo productivo y responsabilidad social.
POR FIN, una noticia que respira confianza en tiempos donde el dinero escasea y la paciencia también: el alcalde Beto Granados anunció la condonación del 100% en multas para los comerciantes de Matamoros durante los meses de noviembre y diciembre.
La medida no solo alivia el bolsillo de cientos de pequeños empresarios, sino que también abre un puente de confianza entre el gobierno y quienes mueven la economía local, esos comerciantes que todos los días levantan su cortina antes que el sol y cierran mucho después de que cae.
Granados entiende algo que muchos olvidan: sin comercio local no hay ciudad viva. Por eso, más que una simple condonación, esta decisión es una señal de respeto y empatía hacia quienes mantienen en pie el flujo económico de Matamoros.
El alcalde adelantó que habrá una mesa de trabajo en el Centro de Convenciones Mundo Nuevo, donde el gobierno municipal y las cámaras empresariales delinearán juntos los pasos para regularizar los negocios y fortalecer la seguridad en los establecimientos.
Además, anunció que en 2026 volverá a abrir un periodo de regularización durante los primeros meses del año, con el propósito de mantener vigente ese lazo de colaboración que tanto hacía falta.
En una ciudad que se levanta con el esfuerzo de sus emprendedores, este gesto no es menor.
Es el tipo de decisiones que no solo arreglan papeles, sino que reactivan la confianza, el ánimo y la esperanza de que sí se puede gobernar cerca de la gente.