A MI MANERA

Por Tello Montes

-La presidenta de Morena en Tamaulipas no perdona ni a los suyos: quien esté metido en el huachicol fiscal, que se atenga a las consecuencias.

  • La transformación también se siente en la cultura.
  • Matamoros vibra con arte y orgullo.

Tan brava anda la presidenta de Morena en Tamaulipas que hasta con los de casa barre. No hay compadrazgos ni tapaderas, solo un mensaje claro: con ella no se juega a la doble moral ni al amiguismo, porque —como dice el pueblo— “el que nada debe, nada teme”.

Guadalupe Gómez Núñez interpreta el sentir ciudadano que exige limpieza en las filas guindas, y sin temblarle la voz advierte: si hay morenistas metidos en el huachicol fiscal, tendrán que responder. Caiga quien caiga.

Desde Ciudad Victoria, la dirigente estatal soltó la frase que retumbó como trueno entre los suyos: “Si hay políticos de Morena o de cualquier otro partido ligados a la red de huachicol fiscal, tienen que ser sancionados”.

Lo dijo sin rodeos, consciente de que la FGR y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana traen la lupa puesta en una red que ya dejó detenidos —entre ellos, tres ex altos mandos de la Marina— y que podría salpicar a nombres de peso.

Y es que las sospechas no son poca cosa. En los medios nacionales ya se mencionan figuras del morenismo de primera línea: Adán Augusto López, Mario López y otros personajes del círculo más cercano a Palacio. Los “junior de Palenque”, los marinos, los operadores de puerto… todos están en la lista de las dudas, y Morena en Tamaulipas no quiere cargar con culpas ajenas.

“Si hay alguien de Morena que cometa un delito, se tiene que castigar. No hay excepciones”, remató Gómez Núñez, dejando claro que su lealtad no es con nombres, sino con principios.

El mensaje es un espejo del que ha sostenido la presidenta Claudia Sheinbaum: no se encubrirá a nadie. Se acabaron los tiempos del “no pasa nada”.

En otras palabras, Morena se está mirando al espejo antes de mirar al adversario. Porque la limpieza empieza por casa. Y hoy, la presidenta estatal manda una señal inequívoca: en su partido no hay fuero moral ni político. Solo la exigencia de un pueblo que ya no compra discursos —sino resultados.

Y EN TEMAS TRASCEDENTALES…, tan se nota el cambio en Tamaulipas que ya no solo se habla de obras y seguridad, sino también de arte y cultura. Américo Villarreal Anaya lo dijo con claridad en su mensaje de medio sexenio: la transformación también es cultural.

Tres años después de recibir espacios abandonados y una vida artística en pausa, el gobernador ha devuelto el pulso a los foros, museos y teatros, rescatando lo que el pasado reciente dejó morir. Y como símbolo de ese renacer, vuelve con fuerza el Festival Internacional de la Costa del Seno Mexicano, con la participación de 14 países y actividades en los 43 municipios del estado.

Más que un evento, el festival representa una idea: la cultura como herramienta de unión y paz social. Américo lo entiende así —como un derecho, no un

lujo—, y lo ejerce con hechos. Hoy, Tamaulipas vuelve a tener escenario, identidad y orgullo. Porque sí, la transformación también se baila, se pinta y se canta.

POR OTRA PARTE, la Universidad Autónoma de Tamaulipas y el Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) firmaron un convenio de colaboración para impulsar proyectos conjuntos que fortalezcan la formación académica y profesional de las y los estudiantes de contaduría.

El acuerdo, signado por el rector Dámaso Anaya Alvarado y el presidente del IMCP, Héctor Amaya Estrella, en la Unidad Académica Multidisciplinaria Reynosa Rodhe, abre oportunidades de investigación, capacitación, movilidad y vinculación con el sector productivo.

Durante el acto, el rector subrayó que esta alianza inspira y transforma el futuro educativo del estado, beneficiando a más de 2,600 estudiantes y 600 docentes del área contable de la UAT. Por su parte, el presidente del IMCP destacó la importancia de unir academia y práctica profesional para formar especialistas con ética, actualización y competitividad.

Con esta firma, la UAT reafirma su compromiso con la excelencia académica y la vinculación efectiva con los organismos profesionales que contribuyen al desarrollo económico de Tamaulipas y del país.

EN MATAMOROS, el arte no se encierra en galerías: se respira en las calles, se escucha en las plazas y se siente en la piel. El Festival Internacional de Otoño volvió a encender la chispa cultural de la frontera con una programación que —como pocas— mezcla talento local, nacional e internacional en un mismo escenario.

Bajo el impulso del alcalde Beto Granados, la cultura dejó de ser un lujo para convertirse en una fiesta abierta a todos. Músicos, bailarines, actores y pintores tomaron los espacios públicos, llevando arte a donde antes solo había prisa y rutina. Porque la transformación también se nota cuando una ciudad aprende a detenerse un momento… para aplaudir.

Este festival no solo trae espectáculos; trae identidad, comunidad y orgullo. Cada presentación es un recordatorio de que Matamoros está vivo, que aquí se crea, se sueña y se celebra la frontera con talento y corazón.

Con cada edición, el Festival Internacional de Otoño deja claro que la cultura también transforma, une y sana. Y eso, en tiempos de tanto ruido, vale más que mil discursos.