El Patinadero

Juan Antonio Montoya Báez

Se le fueron a la yugular, argumentan que de ninguna manera podían pasar por alto el mal uso que hizo de una unidad propiedad del Ayuntamiento de Tampico.

Parece que cometió una falta mayor, una de esas que dejan una huella profunda y provocan un daño mayúsculo a las arcas municipales.

Puede ser que tengan razón, pero en este caso y en muchos otros más se utiliza una doble moral o la aplicación a rajatabla de un reglamento administrativo.

Por ejemplo, la presidenta de la Comisión de Gobierno, Seguridad y Protección Civil, AMELIA TREJO apuntó que existe un Código y Comité de Seguridad y Ética para determinar las sanciones administrativas a servidores públicos.

Es por ello que la funcionaria invita a presentar denuncias acerca de los abusos que cometen los funcionarios, pero eso aplica también para el gobierno estatal y federal.

El personaje que fue cesado es JOSÉ LUIS CELESTINO VILLARREAL, quien ocupaba el cargo de Secretario Técnico del Ayuntamiento de Tampico, un castigo que parece excesivo, pues su pecado capital fue bajarse en una tienda de autoservicio y comprar un six de cervezas.

Es cierto, es un acto irregular, pero que pasa con todos aquellos funcionarios que se paran en alguna tienda a comprar una cerveza o cualquier otra mercancía, es la misma falta o aquellos que van o llevan a sus hijos a la escuela, no deja de ser un acto particular.

No se trata de defender a CELESTINO, seguramente tiene sus propios argumentos y ni siquiera lo conocemos, pero consideramos que existen irregularidades mucho más graves en el Ayuntamiento de Tampico, como para exponer a uno de sus colaboradores porque compró una cerveza.

La alcaldesa MÓNICA VILLARREAL ANAYA dio a conocer la baja de CELESTINO, al establecer una máxima en el sentido de que no habrá tolerancia para nadie.

MÓNICA lamentó el hecho y estableció que no existirá flexibilidad ante conductas indebidas.

Nos da gusto la actitud justiciera de MÓNICA, pero la norma no es aplicada de manera pareja, no es el único funcionario que hace mal uso de sus autos, lo cual viendo la calidad de los pecados que se cometen en otras áreas y que con mucho más graves es una cuestión menor.

Por ejemplo, o quizá ya está enterada, de los desvíos presupuestales que realiza la tesorera y su esposo a través de terceros.

Debería de saber que se agencian 180 mil pesos mensuales por el pago de un supuesto asesor, pero son fondos cuyo final sólo lo saben estos funcionarios.

Bastaría que pida a la contraloría que se eche un clavado en el presupuesto y observará ese pago que se hace de manera irregular.

No es el único desvió, son muchas las irregularidades que se cometen, pero por lo pronto ahí está el pago para un superasesor que poco hace para levantar una administración que luce demasiado preocupada porque a su secretario técnico le gusta la cerveza.

Así que ya lo saben los funcionarios, vayan a su casa se quitan la camisa oficial, agarran otro auto y se regresan por su Six. También partan a las escuelas en otra unidad y después se regresan por el auto oficial.

Cualquier foto, indiscreción o un chisme pueden provocar la indignación de la autoridad municipal, cuando Tampico se encuentra con serias deficiencias en recolección de basura, servicios públicos pésimos, con eventos de relumbrón y una caída libre en popularidad.

Lo del six de cerveza es sólo un distractor; CELESTINO terminó descolorido, para justificar tantas corruptelas y desvíos de recursos de la consentida y chiflada tesorera.

Bueno, por hoy es todo.

Adiós y aguas con los patinazos…

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