Columna Rosa, sólo para Mujeres.

Por: Lic. Bárbara Lera Castellanos.

El Complejo Industrial Multidisciplinario Altamira (CIMA) se ha concebido como el proyecto insignia con el que el presidente municipal Armando Martínez Manríquez busca coronar sus dos periodos de gobierno al frente de Altamira. Más que una obra pública, constituye una apuesta estratégica por el desarrollo integral de la ciudad, al fusionar en un solo espacio la dimensión deportiva, cultural y educativa, con la visión de convertir a la urbe en un referente regional en infraestructura social.

Un proyecto con visión de futuro

El CIMA se edificará sobre una superficie de 7 mil 500 metros cuadrados, con capacidad para albergar hasta 4 mil 200 personas, lo que lo convierte en el complejo más grande en su tipo dentro del sur de Tamaulipas. La inversión destinada, del orden de los 526 millones de pesos, refleja la prioridad que la administración de Martínez Manríquez ha dado a las obras de impacto comunitario, concebidas para trascender gobiernos y convertirse en legado para las nuevas generaciones.

Un centro de encuentro y proyección

Este complejo no se limita a ser un inmueble, sino que busca consolidarse como el corazón multifuncional de Altamira.

En el ámbito deportivo, se contempla la celebración de torneos, competencias y exhibiciones de talla regional y nacional.

En la vertiente cultural, será la sede de conciertos, festivales y presentaciones artísticas que permitan proyectar a los talentos locales y acercar al público espectáculos de gran calidad.

En materia educativa, ofrecerá espacios para conferencias, talleres, ferias del conocimiento y encuentros académicos que fortalezcan la formación de los jóvenes altamirenses.

El símbolo del cierre de un ciclo
Al concluir sus dos administraciones, Armando Martínez Manríquez entregará a la ciudadanía no solo calles pavimentadas, agua potable o servicios básicos, sino la posibilidad de un desarrollo humano más amplio. En su narrativa política, el CIMA representa la obra cumbre: el lugar donde convergen deporte, cultura y educación como ejes que moldean comunidades más dinámicas, cohesionadas y preparadas para el futuro.

Con este megaproyecto, Altamira no solo moderniza su infraestructura urbana, sino que también define un sello de identidad, demostrando que las ciudades portuarias e industriales pueden ser, al mismo tiempo, espacios de encuentro, creatividad y convivencia social.