DESDE ESTA ESQUINA.
MELITON GUEVARA CASTILLO.

Bien lo dice la sabiduría popular: el que se enoja pierde. Por eso cuando la presidenta CSP
estableció que, siempre hay que tener cabeza fría, sobre todo en las relaciones con los
Estados Unidos. Si ella gobierna con cabeza fría, sobre todo para tomar las decisiones que
nos atañen o afectan a todos los mexicanos, no cabe duda que serán las mejores. Porque en
su relación con el pueblo no puede ser fría, antipática, parca: tiene que ganarse el afecto del
pueblo y eso, tiene que ser con buenas decisiones y con una actitud positiva.
Gobernar no es fácil: en la teoría es muy fácil decir que siempre hay que privilegiar el
dialogo, buscar consensos y lograr los mejores acuerdos donde, unos y otros, estén de
acuerdo o los perjuicios sean los mínimos para ambas partes. Claro, la otra visión es partir
de una relación de fuerza, hacer a un lado a la oposición y gobernar de manera impositiva,
imponer decisiones y acciones.
EXPECTATIVAS.
Cuando inicio el gobierno las expectativas eran de toda índole: pero, sobre todo, había unas
que marcaban la necesidad de establecer un antes y un después; para establecer su estilo
personal de gobernar, que se antojaba difícil en virtud de los candados que le impuso el
expresidente AMLO: los coordinadores legislativos y buena parte de su gabinete. La
pregunta solo era una: ¿romperá con AMLO? O ¿se repetirá la experiencia de un
Maximato? Es decir, que no tomaría un rumbo, que seria una especie de comparsa o
marioneta.
No hubo rompimiento, pero en determinados hechos, se nota, se siente, que el camino es
diferente. El principal cambio, sin la menor duda, es que atrás quedan los “abrazos, no
balazos”: los hechos son evidentes, narcotraficantes entregados a Estados Unidos,
destrucción de narcolaboratorios (que no existían, decía AMLO), detención de objetivos
prioritarios de la delincuencia organizada. Bien lo dijo en una ocasión Omar García, la
secretaria de Seguridad Publica: para impedir los ilícitos, hay que detener a quienes los
cometen”.
VAMOS BIEN Y VAMOS A IR MEJOR.
“Tengan la certeza que no voy a traicionar. Con la fuerza de México, de nuestro pueblo,
caminare sin descanso, con rectitud, con valentía y honrare siempre la confianza depositada
en mi”. Es el compromiso de la presidenta CSP y externo: “Vamos bien y vamos a ir mejor.
Repito, vamos bien y vamos a ir mejor. Por nuestro pueblo, por nuestra patria, vale la pena
dar cada hora, cada minuto y cada aliento de nuestros días”. Claro y firme el compromiso,
destaco el trabajo realizado en educación, salud, en Pemex, entre otros.
Destaco que se disminuyo el porcentaje de homicidios dolosos, que la refinería Olmeca esta
operando al 100% y que, afirma, pese a los infundios el abasto de los medicamentos esta
arriba del 90%. Aquí, en este sentido, en lo personal no estoy de acuerdo: en el IMSS, no

hay algunas medicinas, otras solo entregan medicinas para 15 días y para los otros hay que
comprarlos… un día, en este sentido, pregunte y el de la farmacia me explico: pues prefiero
darles poco a más, que no darle nada a unos por entregar las recetas completas.
CIENTIFICA Y POLITICA.
La presidenta tiene una formación científica, por eso se piensa que eso de la cabeza fría es
porque sus decisiones no son a botepronto, que analiza, de reflexiona y ve todos los pros y
los contras. Cuando tomo posesión se justificaron algunos de sus nombramientos por esta
razón; pero no podemos olvidar que en la practica ha tenido un proceso de aprendizaje del
ejercicio de la política: sus cargos en la administración pública, sus cargos delegacionales,
su gobierno de la CdMx son parte de su baluarte de la praxis política.
Y es que, bien lo afirma la vox populli: su ejercicio del poder lo hace enfrentando a dos
lideres que están acostumbrados a ejercer el poder: en lo interno, cumplir con el
compromiso de fortalecer a la 4T bajo los principios de AMLO… por eso su alegato en
contra de quienes olvidan la austeridad republicana o la pobreza franciscana; y en lo
externo, resistir y negociar las presiones de Donald Trump, acostumbrado a salirse con la
suya y, claro, ha ido cediendo en unos y otros reclamos en aras, siempre, de salvaguardar la
soberanía nacional como la seguridad y patrimonio de los mexicanos.
Por el bien de México, que le vaya bien a la señora presidenta.