DESDE ESTA ESQUINA.
MELITON GUEVARA CASTILLO.

La pregunta puede ser inútil o quizá esta mal planteada. Recientemente se conoció que un
exsecretario del sexenio anterior fue sentenciado, fue hallado culpable, por los delitos de
peculado y ejercicio ilícito del servicio público. Según las investigaciones realizadas para
fincarle los delitos el daño patrimonial fue de 8.2 millones de pesos. Sin embargo, bien que
lo sabemos, las denuncias que en su momento hizo Tania Contreras fueron varias, lo que
hace pensar que el daño patrimonial fue cuantioso.
Hay órganos autónomos como la Auditoria Superior del Estado y otras no tanto, como la
Contraloría o su similar, que tienen como función detectar y en su caso armar los
expedientes para castigar a los servidores públicos que hacen de las suyas con el
presupuesto público. ¿Qué sucedió? ¿Por qué no encontraron nada? Y fue necesario que
llegara otro gobierno para encontrar los malos manejos. La explicación: los órganos del
control estaban en manos del mismo partido o grupo que detentaba el poder público.
EXISTENCIA DE SIEMPRE.
La corrupción siempre ha existido. En el caso de México se afirma que la Malinche
traiciono al emperador Azteca; y hasta en la biblia se consigna que a Jesús lo vendieron por
30 monedas. La cuestión como impedirlas: en un principio se pensé que bastaba la división
de poderes en un país: para evitar que el poder, por el poder mismo, hiciera de las suyas.
Pero luego fue tanta la corrupción, imposible negarla, que cada sexenio había nuevos ricos.
Así nacieron órganos autónomos para impedir la corrupción, para la rendición de cuentas y
la transparencia.
¿Por qué han fallado los órganos autónomos? La primera respuesta: porque no siempre han
sido autónomos. Lo vemos a nivel nacional como local: la fiscalía general de la república,
por dar un ejemplo; que aquí en Tamaulipas se vio, se notó, que nunca fue capaz de mostrar
su autonomía. La segunda respuesta: cuando llegan a ser autónomos, o buscar serlo, se
convierten en una zona de poder y entonces los que llegan al poder buscan eliminarlos, ahí
tienen el caso reciente de quien fue Fiscal en Morelos o, mas atrás, el de Veracruz que
cuando lo quitaron lo persiguieron y hasta lo pusieron en prisión.
MORAL Y ETICA.
La acción es cíclica: los gobiernos que llegan, para dar un golpe de autoridad, castigan a
quien se porto mal, porque aprovecho todos los resquicios del gobierno para lastimar el
presupuesto público. Así vimos, por ejemplo, que un hermano de Carlos Salinas de Gortari
fue castigado; en Tamaulipas, también lo hemos visto en gobiernos priistas: Pedro
Carrizales, Pedro Silva, y ahora con los morenistas en el poder ya empiezan a caer peces
gordos del gobierno anterior.
El problema es de moral y ética: no se necesitarían, digamos, investigaciones ni carpetas de
investigación, menos juicios, si quienes nos gobiernan fueran honestos, responsables y

cumplieran las leyes. AMLO impuso principios a su movimiento: no robar, no traicionar y
no engañar al pueblo. Y basta echar una ojeada a los medios de comunicación, revisar
hechos públicos, para darnos cuenta que son capaces de cumplirlas. Tal y como sucede con
eso de la austeridad republicana, franciscana, o vivir en la justa medianía.
PONME DONDE HAY.
Si robar es una costumbre, luego entones, toda la sociedad esta mal. ¿Dónde están los
valores y principios? ¿Dónde se hace la explicación del bien y el mal? Siempre nos dicen
que toda sociedad tiene valores; la cuestión es, donde están, cuando un servidor público, un
diputado o senador, un presidente municipal, aprovecha cualquier oportunidad para obtener
beneficios del cargo que ostenta. Además, tal parece, es una costumbre mundial: si buscan
en Google sobre los negocios de Trump, como presidente de Estados Unidos, van a notar
que el, sus hijos y familiares, no desperdician oportunidades.
En fin, los órganos autónomos, o las dependencias para combatir la corrupción, no son
necesarias si, efectivamente, quienes nos gobiernan fueron congruentes con sus propuestas
de campaña, esa que siempre esta presente: hacer un gobierno honesto y de resultados para
beneficio del pueblo… Durante un tiempo, la expresión de “ponme donde hay” y yo me
encargo del resto, era sentenciar las aspiraciones de robar.