LOS HECHOS
POR José Inés Figueroa Vitela

Si desde los primeros depósitos, de los dólares ensangrentados que le daban para
hacer campaña, en cuentas a nombre de quien le dio la vida y en las secuelas de las
rutas del dinero mal habido, siempre apareció un consanguíneo, ¿qué de menos se
puede esperar del exgobernador prófugo?
A FRANCISCO JAVIER “N” no se le mueve un pelo de conciencia, pesar,
conmiseración, con el hecho de que sus cómplices, que se prestaron y sumaron al gran
saqueo del dinero de los tamaulipecos durante su sexenio, anden el camino del
cadalso.
Más que no mover un dedo de auxilio, lo que ha estado haciendo es alborotar el
avispero, retar a las actuales autoridades locales y federales, acusarlas y acosarlas, con
una campaña de noticias falsas, idéntica a las que ha animado desde los tiempos de la
campaña sucesional, con los mismos infructuosos resultados esperados.
Hace mucho que CABEZA y corifeos, perdieron la credibilidad y el impacto en la
opinión pública, fuera del grupúsculo de medios y comunicadores a quienes paga “de
a tanto el viaje”, por rentar su dignidad y profesionalismo, su audiencia y
honorabilidad.
Quienes aparecen como responsables de presuntos desvíos de recursos, a la luz del
rechazo de 41 cuentas públicas del 2021 -solo tres pasaron del paquete-, se ganaron a
pulso los procesos judiciales y administrativos que les están abriendo..
AAsí es, luego que no pudieron comprobar el buen destino de los dineros públicos
que se les confiaron.
Nada de que venganza política con elementos probatorios tan sólidos; les resulta en
otra agravante, el que mencionen el tema electoral como excluyente.
Este es el momento menos electoral en la historia contemporánea, de tal manera
que aludir ese, como el motivo de la nueva etapa en el proceso justiciero aclamado
por el pueblo, igual les resulta en condena.
Seguramente varios de los inminentes procesados y encarcelados, solo se quedaron
con las migajas del endose de los cheques del presupuesto a la familia que encabezó
la administración estatal en el pasado sexenio y eso tampoco los exime de culpa.

Podrán callarse y seguir viendo, de más lejos, tras la rejas, cómo CABEZA se
regodea en los millonarios fraccionamientos del extranjero, con sus esporádicas
salidas, a destiempo en lugares de postín, para en la discreción entregar las igualas a
los abonados que le sirven de caja de resonancia a sus desvaríos en México.
Ahora sí que, literalmente, en el pecado llevarán la penitencia… y no será
precisamente rezar un rosario.
No fue una, ni dos, ni tres. Fueron 41 de 44 las cuentas públicas del 2021 que la
Auditoría Superior del Estado presentó y que la Diputación Permanente del Congreso
local rechazó de tajo. 
41 dictámenes en contra que serán ventilados hoy, en una sesión extraordinaria del
Pleno Legislativo, donde lo que sobra no son las cifras, sino las evidencias del
desfalco.
Estas cuentas no son nuevas, ni cayeron del cielo: son las mismas que la
Legislatura anterior regresó a la Auditoría en junio del año pasado, exigiendo una
revisión seria, porque desde entonces ya apestaban a trampa y complicidades. 
El área técnica de fiscalización, en aquel entonces, entregó un trabajo que más
parecía intento de encubrimiento que revisión real.
Por esas, y por todas las del 2 mil 22 que igual trataron, los de la permanente
acordaron denunciar y que se investigue no solo a quienes desviaron el presupuesto;
que también se haga con los auditores que actuaron de “tapaderas”.
Y es que las irregularidades no fueron menores.
Ahí están las huellas en el CONALEP, el Colegio de Bachilleres, la Comisión del
Agua, la Comisión de Parques, el FOMICRO, API estatal, Tam Energía Alianza, y
otros tantos entes donde los números no cuadran y las explicaciones nunca llegaron. 
De los Institutos, Universidades Tecnológicas y organismos paramunicipales,
incluidas COMAPAs, DIFs y algunos ayuntamientos, mejor ni hablamos, porque la
lista es tan larga como los años que duró el saqueo.
Los involucrados, esos que tuvieron nombre y puesto, dispusieron de todas las
oportunidades para explicar en qué se gastaron lo que no era suyo, pero no quisieron,
o no pudieron, o no les convenía hablar. 
Hoy ya no pueden alegar que el exgobernador los presiona o tiene amenazados,
como cuando, han repetido a soto voce, la orden era entregarle el presupuesto a sus
hermanos.
La realidad de este día es inversa; el exgobernador permanece prófugo y desde su

dorado autoexilio, anda azuzando a la gendarmería para que le eche el guante a
quienes le sirvieron, para que carguen con sus culpas, descansando en las suyas
propias.
Con la inminente instalación del nuevo Poder Judicial Federal democratizado el
margen de impunidad se va estrechando. 
No es amenaza, es aviso.