El diputado presidente de la junta de gobierno del Congreso de Tamaulipas, Humberto Prieto Herrera, sacó “la soga en casa del ahorcado” cuando indicó que el IETAM (Instituto Electoral de Tamaulipas) está bajo la lupa, por el elevado presupuesto que ejerce en sueldos y prestaciones. Y es que el Poder Legislativo bajo su mando no canta mal las rancheras, también tendría que hacer un ajuste.

El “recorte” quizá no sólo sea en el monto de las compensaciones y sueldos, sino en “la tropa” de ayudantes, asesores y demás asistentes que integran una nómina voluminosa, eso por lo que se refiere al Congreso del Estado.

            La realidad es que vienen tiempos de apretarse el cinturón, en los tres niveles de gobierno, ante una situación crítica que ya han dejado sentir a través de algunas filtraciones, entre ellas las de Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política, y la propia presidenta Claudia Sheinbaum. No esperemos un anuncio formal, pero habrá trascendidos y declaraciones de banqueta de quienes están al cuidado de los recursos y ejercen presupuestos que ahora estarán más castigados.

Eso por lo que se refiere al presente año, pero el presupuesto para 2026, seguramente será menor al de 2025, así como éste también se redujo con respecto al de 2024.

            Si bien México logró salvarse de una recesión en un sentido estricto técnico, no dejó de recibir el impacto del desaceleramiento en su economía. Y eso pega forzosamente en las arcas públicas que se alimentan del pago de impuestos, y estos a la vez tiene que ver con el circulante, con lo que el ciudadano de todos los niveles carga en su cartera, chequera o tarjeta bancaria.

             Por ejemplo, en ese mismo tema, el alcalde de Victoria, Eduardo Gattás acaba de hacer referencia a su equipo de colaboradores, a la práctica de austeridad y desde luego tendrán que hacerlo, jerarquizando necesidades. Lo mismo estaremos escuchando en otros municipios, quizá con la excepción de Reynosa, Nuevo Laredo, Matamoros y Tampico, cuatro de los 9 municipios con mayor presupuesto.

            Resulta paradójico este panorama, cuando apenas estamos saliendo del festejo de la supuesta disminución de la pobreza en México, de acuerdo a las cifras proporcionadas por el INEGI. Claro que hay niveles, quizá los más pobres mejoraron y la clase media está por retroceder, en esas circunstancias resulta inevitable que la economía de los mexicanos retroceda en el 2026, es algo inminente y se ve cada vez más lejos, aquello que decían nuestros abuelos y bisabuelos, “vendrán tiempos mejores”, pero ¿cuándo?

            OTRO CASO PARA LA COEPRIS.- El caso de la clínica da Davinci Aesthetic Surgery de Reynosa donde murió una mujer que iba a ser sometida a una cirugía estética, tiene cierta similitud a la muerte de la profesora y taxista que falleció en Veracruz, por un paro cardíaco cuando fue secuestrada y amenazada; en uno y otro caso hubo negligencia o carencia de recursos materiales y humanos para actuar debidamente.

En el caso más reciente (22 de agosto), en apariencia el deceso no lo provocó la realización de una intervención quirúrgica, porque falleció antes de iniciarse, mientras que en el de la mujer privada de su libertad y amenazada por una decena de armas largas, ¡imagínese usted! ¿Quién aguanta esa presión? Murió de un evento vascular.

Estos dos acontecimientos, tienen en común el deseo de quienes pueden verse afectados por uno y otro deceso, de buscar justificaciones que “normalicen” los lamentables hechos. Como Pilatos, “lavarse las manos”, salir ilesos en su prestigio y ponerse a salvo de dudas sobre su desempeño.

 Lo que salta a la vista en el caso de la clínica reynosense, es no haber realizado los estudios debidos, para diagnosticar el estado de riesgo en que iban a desarrollar la cirugía, y sobre todo, que no contaban con el equipo y personal apropiada para su atención, prueba de ello es que la tuvieron que enviar en ambulancia a un hospital al que no llegó con vida, cuando debió de haber sido auxiliada de inmediato en el lugar de los hechos.

Kelly Ann “C” es la ciudadana estadounidense que falleció en el trayecto de la clínica Davinci a un hospital, este 22 de agosto. Su condición de extranjera y la de su familia, quizá no anime a sus parientes a proceder legalmente. Aquí la pregunta es que harán las autoridades de Tamaulipas en este caso, porque la COEPRIS (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios) no tienen dientes, pero tampoco ojos, ni oídos, les viene bien aquella frase de Carlos Salinas, “ni los veo, ni los oigo”.