LOS HECHOS 
POR José Inés Figueroa Vitela

“Al Gobernador díganle que algo no se puede para que te demuestre lo contrario”.
La expresión, que a nadie le he escuchado decir literal, parece surgir de los hechos
con los que el doctor AMÉRICO VILLARREAL ANAYA, ha transitado la primera
parte de su gestión al frente del Ejecutivo tamaulipeco, prometiendo para lo que resta
de su mandato.
“El Puente Roto”, duró décadas, “tirado” en Altamira, como un cuello de botella en
el desenlace de la ruta de las industrias del norte y el bajío al puerto y de los paseante
de los más variados orígenes terrestres a la playa, porque se decía estaba entrampado
y no podía ni eliminarse, ni recuperarse al paso de los tiempos.
Lo mismo pasó con, por ejemplo, la Supercarretera Ocampo-Tula que está por
concluirse, al tiempo que se hacen las obras complementarias del libramiento Mante y
se prepara el viaducto en la zona conurbada del sur, que no estaban incluidas en el
proyecto original.
O el Puerto de Matamoros, que literalmente, de un siglo a otro se construyó y se
destruyó repetidamente, sin que lograra su cometido de que pudiera entrar y salir un
buque de gran calado libremente, como ya sucedió, ya en calidad de un destino
marítimo consolidado en su infraestructura y en proceso de agenda y promoción con
grandes expectativas.
Desde tiempos inmemoriales, la llamada Ribereña, o Frontera Chica, esa franja
fronteriza del mapa tamaulipeco entre Reynosa y Nuevo Laredo, fue una zona vedada
para los extraños, habida cuenta de su vocación natural, asumida por los menos, las
más de las veces reñida con la legalidad, por su condición breve, aislada e
internacional.
Cuando la página oscura de la historia del Estado y el país, entre el 2 mil 10 y el
2014, en que la delincuencia asumió el poder total del territorio, ensangrentando a
nuestro pueblo y secuestrando la tranquilidad de todos, en esa zona, particularmente
en el municipio de Mier, se instaló un cuartel del Ejército mexicano.
Algunos periodistas que dimos cobertura a la apertura de la base militar, por
primera vez fuimos testigos de los edificios públicos y domicilios particulares

incendiados y tupidos de balas en sus fachadas, en torno de la plaza principal y
periferias del primer cuadro.
”Eso se acabó”, nos dijeron, aunque la osadía con la que camionetas con jóvenes en
su cajas, con el volumen alto y la mirada altiva, merodeando por donde estuvimos y
transitamos, sembraba la duda hasta en los menos escépticos.
Pasó más de una década y aunque no se ha sabido de incidentes mayores, el temor
sigue proponiendo a los más, otros trayectos, por ejemplo para llegar a Nuevo Laredo,
“por el lado americano”, en el caso de los fronterizos, y por Monterrey para los del
centro.
Ahora el doctor y gobernador, AMÉRICO VILLARREAL, dispuso la construcción
de “estaciones seguras” de la Guardia estatal cada 50 kilómetros por la carretera en
esa dirección y recién inauguró la sede de la militarizada Guardia Nacional,
precisamente en ese punto central de Mier.
Igual, como en lo otros “no se puede”, hoy hay la confianza de que sí se puede; con
las acciones impulsadas por la actual administración estatal, los ciudadanos podrán
volver a circular seguros por esas rutas, ir a disfrutar del pueblo mágico de Mier, a
Pescar en la presa internacional del municipio de Guerrero, a transitar el camino de
Miguel Alemán que como todos, también conduce a Roma y a integrar esos pueblos
pujantes ensanchando el orgullo de ser tamaulipecos.
Igual, hay quienes de un tiempo acá han venido repitiendo que al exgobernador
prófugo, nunca lo van a meter a la cárcel en México, para que pague las fechorías que
cometió a su paso por la administración estatal, porque ha ganado otro manto de
impunidad entre las autoridades norteamericanas, jugando con su doble nacionalidad.
La sentencia condenatoria, recién emitida en contra de quien fue su Secretario de
Educación, MARIO “N” y el proceso que se sigue contra quien despachó como
Secretario de Bienestar, tras las rejas, forman parte de la ruta que más temprano que
tarde alcanzarán a FRANCISCO JAVIER “N”.
Hay un sinfín de averiguaciones abiertas por las ilegalidades registradas en las
distintas dependencias del gobierno pasado, que no habían avanzado por la estructura
para la impunidad que había dejado sembrada el jefe de la banda de los cuernos
largos.
Es del dominio público que el saqueo del presupuesto asignado a las dependencias
se lo repartieron como parcelas los integrantes de la familia del exgobernador.
Sus protectores en las fiscalías y tribunales están en vías de extinción; en menos de

un mes quienes le brindaron amparos a granel andarán como él, a salto de mata y en
otro mes más, jueces y magistrados que uso de manera discrecional para alimentar sus
apetitos insanos, seguirán la misma suerte.
¿Hasta dónde los procesados van a resignarse a endosar su vida tras las rejas en
abono a la impunidad, libertad y alegría con la que FRANCISCO y parientes
derrochan los tesoros mal habidos acumulados?
¿Van a encarcelar a los CABEZA?
¿Quién dice que no se puede?