La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

¿Quién -o quiénes- están detrás de la campaña negra contra Carmen Lilia Cantú Rosas?
Obviamente, los que persiguen lo mismo, en el mismo tiempo, en el mismo territorio, que la nuevolaredense: sus adversarios.
Particularmente: los que más enlodados están.
Ponga usted los nombres para no pecar de parcialidad o falto de objetividad.
¿Ya los tiene?
Son justamente aquellos que decidieron no entrar a la competencia, disputando la candidatura con sus prendas más presumibles y encomiables; no, ese camino para ellos está imposibilitado, cancelado, dadas las carencias éticas en su quehacer sociopolítico y su nulo aporte, en las responsabilidades que les dieron los tamaulipecos.
Ellos decidieron vender su cuerpo y alma a los sectores antisociales sin una pizca de moralidad -pero inmensamente poderosos por sus capitales cuestionables- para lograr sus objetivos dejando en el camino, girones de las pocas virtudes que poseen.
Salvo lo que digan los nuevolaredenses, la alcaldesa Cantú Rosas, ha mostrado tino para gobernar la ciudad, con todo y lo complejo del reto que representa administrar esa esquina de Tamaulipas. Al menos, eso indican los sondeos de diferentes casas encuestadoras. Parafraseando en lo local a López Obrador: no hay mejor política estatal, que la política municipal.
¿Qué lección nos dejó el presidente AMLO?
Eso, debiera dársele una interpretación en la región: no hay que pasearse mucho por la entidad publicitándose o promocionándose; desplegar un buen gobierno es la mejor propaganda en su solar nativo, que se conocerá -por ósmosis- en otros lugares del estado.
Sí: eso, es lo funcional.
Sobre todo, cuando el factor político más prominente de la comarca no ha dado abiertamente el banderazo de salida. Ese elemento, indispensable en toda sucesión, observa, pondera y finalmente, opina ante quien tiene que opinar cuando la que decide pregunta.
No era mala la estrategia de los otros competidores.
Vincularse a los factores nacionales, es una actitud que puede inyectar vigor a todo personaje regional. Lo erróneo de los precandidatos tamaulipecos, es que los líderes nacionales de los cuales se abrazaron resultaron los más tiznados del escenario morenista.
Lejos de pasarles corriente para potenciarlos, los llenó de lodo y de un tufo tan censurable como letal. (En el sentido político).
¿Les importa a ellos caer en una batalla de cieno?
No.
Sencillo: ya no les importa, su insalvable peste, está tan adherido a su espíritu y piel, que para ellos es parte de su naturaleza.
¿Desprestigiar a MORENA?
Les vale madre.
En sí, son los verdaderos traidores de la IV T y su Segundo Piso.