Por José Gregorio Aguilar
Viernes 15 de Agosto 2025
El pasado 7 de agosto, se conmemora en México el Día Nacional del Pequeño Comerciante, una efeméride que, aunque fue reconocida oficialmente en 2024, lleva el sello de lucha y persistencia desde 2022, cuando la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) presentó la iniciativa ante la Cámara de Diputados.
Pero detrás de la fiesta hay una causa profunda: celebrar el Día Nacional del Pequeño Comerciante, una efeméride que, aunque fue reconocida oficialmente en 2024, lleva el sello de lucha y persistencia desde 2022, cuando la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) presentó la iniciativa ante la Cámara de Diputados.
Cuauhtémoc Rivera recuerda que el camino no fue sencillo. Durante dos años, la organización realizó un intenso trabajo de cabildeo legislativo que incluyó la presentación del decreto en abril de 2022, su aprobación unánime en la Cámara de Diputados en marzo de 2023, el respaldo del Senado en noviembre del mismo año y, finalmente, su publicación en el Diario Oficial de la Federación en diciembre de 2023 por orden presidencial. Así quedó instituido el 7 de agosto como el día para reconocer a quienes operan el canal de abasto más cercano, familiar y solidario del país. “Al César lo que es del César”, sentenció Rivera.
El pequeño comercio mexicano no es solo una red de más de un millón 200 mil puntos de venta que atienden el 52% de la demanda nacional. Es también una fuente de más de dos millones de autoempleos y sustento para cinco millones de personas. En muchos casos, estas tiendas funcionan como banca social, ofreciendo créditos a la palabra sin trámites ni burocracia. Son espacios de confianza, solidaridad y apoyo para quienes enfrentan dificultades para cubrir sus necesidades básicas.
Más allá de su función económica, el pequeño comercio es un motor de comunidad. Genera derrama local, activa los bolsillos de los hogares y forma parte de cadenas productivas que encuentran en estos puntos de venta su mejor vía de distribución. En las tiendas de barrio se hace patria: son puntos de encuentro, conversación y reconstrucción del tejido social. Desde el trueque mesoamericano hasta los pagos electrónicos actuales, el comercio tradicional ha sido un riel por donde transita el gran tren llamado México.
Frente a los desafíos de la modernidad, la competencia desleal del canal de conveniencia y las ventas informales, ANPEC no llama a la preocupación, sino a la ocupación. El pequeño comercio está listo para enfrentar los retos del presente y garantizar su sostenibilidad futura. “No nos resta más que lanzar la loa al pequeño comercio mexicano que suya es: ¡Larga vida a los pequeños comercios en México!”, concluyó Rivera.