La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

El Sector Salud, del gobierno tamaulipeco, se ha convertido en el centro de vulneración de los derechos humanos y laborales de centenares de trabajadores. Una denuncia anónima -lo permite la ley- establece que el cuatro de agosto del presente año “en una reunión de trabajo en las instalaciones del área jurídica de la Secretaría del Sector Salud, con sede en ciudad Victoria, Tamaulipas la jefa del Departamento Jurídico, María Hortencia Martínez Posadas, instruyó verbalmente a todo el personal federal, estatal, sindicalizado y de confianza a laborar por diez horas diarias.
Todo eso, dijo Martínez Posadas: “Por instrucciones del 17”.
Más tarde, los afectados se enteraron, que las indicaciones venían de una asesora del secretario, Vicente Hernández, de nombre Yesenia García Ledezma.
Luego los amenazó: quienes contravinieran esa disposición se procedería a retirarle la compensación económica mensual que se asigna como parte del tabulador de percepciones que se encuentra en el presupuesto de egresos aprobado por el Congreso del Estado.
Los trabajadores indicaron que la compensación forma parte de una bolsa presupuestal general asignada, sin embargo, su otorgamiento se realiza en forma discrecional por parte del Departamento Jurídico, sin criterios objetivos ni sustento legal ni reglamentario.
La exigencia de Martínez Posadas y García Ledezma, fue escuchada por al menos una docena de trabajadores del área jurídica, que temen por las represalias si oficializan su denuncia.
La queja, fue interpuesta ante la Secretaría Anticorrupción, el Órgano Interno de Control de la dependencia denunciada y en la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
¿Puso el secretario de Salud, Vicente Hernández, a Hortencia y a Yesenia, en sus áreas jurídicas, para violentar los más elementales derechos del sector laboral?
Eso parece.
¿Qué clase de políticas de salud se pueden esperar del secretario, con ese inhumano trato a los más vulnerables del sector?
Ninguna digna, honesta y eficaz.
A todas luces, es una flagrante violación a los preceptos constitucionales. Es otra mancha más al tigre. Se suma, a las numerosas irregularidades de la dependencia en la compra de medicinas, en la licitación de millones de pesos carentes de sustento y en la corrupción abierta y pública de Vicente y su pandilla.
¿Primero los pobres?
Para el secretario y amigos que lo acompañan, son prioridad las proveedurías millonarias y la burocracia dorada que alimenta con el erario de los tamaulipecos.
La esfera laboral, es un mundo que desconoce desde que se incorporó al gabinete estatal y la fortuna comenzó a sonreírle.
Esperemos, sean escuchadas las demandas de los trabajadores.