LOS HECHOS
POR José Inés Figueroa Vitela
Usar comunicadores sin moral ni profesionalismo, propagar notas falsas,
tergiversar hechos, querer sorprender a la opinión pública.
Eso es todo lo que trae en el morral lo que resta de la oposición, tristemente
mantenida bajo la égida del exgobernador prófugo, FRANCISCO JAVIER “N” y sin
resistencias para que siga hundiéndola en el fango.
El último embate emprendido en contra de la Magistrada Presidenta Electa del
Supremo Tribunal de Justicia del Estado y, por extensión, titular del nuevo Poder
Judicial del Estado democratizado, TANIA GISELA CONTRERAS LÓPEZ,
confirma esa y otras lecturas.
Las chambitas esporádicas, con las que “reviven” los viejos clientes del estado
delincuencial, desbordado durante el pasado sexenio tamaulipeco, para difundir
mentiras y denostar al nuevo orden, que ya superó su herencia maldita y construye
sobre futuro, siguen confirmando la regla.
Ahora no solo se trata de endosar los males propios a los nuevos, para ver si
sorprenden a alguien y recuperan algún voto, con el que puedan mantener el registro y
conservar prerrogativas públicas.
La embestida en contra de la Magistrada TANIA, a un alto costo, pagado con
dinero ilícito y ensangrentado, ha buscando por todos los medios impedir que arribe a
la titularidad del renovado Poder Judicial del Estado.
Como asesora jurídica del Ejecutivo, fue ella quien documentó y orientó las
denuncias por las trapacerías cometidas desde el gobierno y por la familia gobernante,
durante el pasado sexenio, mismas que no prosperaron, todos sabemos, por la red de
impunidad y complicidades tendidas por el exgobernador de triste memoria.
La llegada de TANIA a la cúpula del aparato de justicia tamaulipeca, abre la
esperanza, para el pueblo, de que finalmente se haga justicia… y la amenaza, para los
delincuentes “de cuello azul”, de que ahora sí los alcance la guadaña justiciera, para
que paguen sus culpas, si no es que regresen lo que se llevaron.
Por eso CABEZA mandó publicar cosa tan descabelladas, como que la denuncia
presentada por su caporal en la dirigencia estatal panista, CACHORRO CANTÚ,
desechada en tribunales por improcedente, podría estar relacionando a TANIA con la
muerte del Delegado de la Fiscalía General de la República, ERNESTO VÁZQUEZ
RIVERA.
“El Fiscal federal muerto, estaba investigando a TANIA”, mandó insertar y poner
en boca de sus conocidas cajas de resonancia, en medios regionales y del centro del
país.
Otra vez, para cuando estaban echando a andar tal estratagema, los hechos, a través
de los conductos oficiales ya los habían superado, lapidando sus torpes intenciones.
La propia Fiscalía General de la República, había anunciado la identificación y
detención de al menos uno de los presuntos participantes en el asesinato de su
Delegado en Tamaulipas, perfilando el móvil del crimen, asociado al decomiso de
combustibles ilegales.
En el ámbito de sus competencias jurisdiccionales, claro que al finado Fiscal
Federal le tocó recibir la denuncia del “cachorrillo” de los CABEZA, en los tiempos
de la campaña dentro del proceso electoral judicial y, en su momento, también
declarar cerrado el caso, cuando los tribunales no encontraron delito que perseguir.
Eso pasó hace mucho; hoy la elección judicial está consumada y los diferendos
resueltos, al punto que en el cierre de septiembre rendirán protesta los nuevos jueces y
magistrados para asumir funciones al día siguiente.
CABEZA y sus seguidores, están en la antesala del patíbulo.
El PAN no denota mejor suerte, ante la fatalidad de que sea alguno de los TRUCOS
VERÁSTEGUI o FRANCISCO JAVIER GARZA DE COSS, quien asuma la nueva
dirigencia estatal del partido.
Tristemente, ambos mantienen el fierro de la calavera de los cuernos largos,
marcada con fuego en su humanidad.
La esperanza de que los auténticos panistas recuperaran las siglas de su partido,
cada vez se ve más lejana.
La dignidad y entereza del panismo histórico del sur, sigue chocando con las
bajezas y violencia de los infiltrados del norte y los delincuentes cómplices de
cualquier lado.
Con su PAN see la seguirán comiendo.