Cuando pensaba que lo había visto todo, que ya no se podían esperar más locuras de los políticos, resulta que estaba equivocada pues siempre sorprenden más absurdos y locuras de los gobernantes.
Ellos mismos, los políticos encumbrados, dan muestra de que cada vez están peor. Las autoridades en este México lindo y querido están dejando mucho que desear y no hay día que no den de que hablar, no precisamente por cosas positivas o porque la gente está contenta con sus administraciones, a veces por todo lo contrario.
Hay de todo, como en botica, desde los irresponsables, los malqueridos, los que no saben ni para qué es el puesto, los que creen que no los merece ni el aire que respiran, los corruptos, cínicos, ladrones, y los que están casi casi para el manicomio.
Para muestra ahí tiene usted al gobernador de Puebla, ALEJANDRO ARMENTA, quien ridículamente en plena conferencia decidió entrevistar a su perro a quien hacia como que le daba la palabra y el can le contestaba, ¿dígame si eso es estar cuerdo?
Digo, lo real es que en casa la mayoría de los que tenemos a un perrito más que mascota para nosotros es parte de la familia, le platicamos, nos despedimos de él al salir y de regreso le preguntamos cómo esta, eso parece normal, es el cariño que se le tiene, pero lo de ARMENTA fue una burla a su pueblo, una locura.
Eso de darle voz en público en lugar de dársela a los ciudadanos que piden un espacio para que se escuchen sus demandas, ya es de otro nivel, es prácticamente estarse burlando del pueblo que lo que espera es que su gobernador se enfoque en atender los problemas torales que tiene el Estado, que no son pocos, en lugar de distraerse en su tiempo laboral haciendo el ridículo.
El hacer como que entrevista y le da voz a su perro es la prueba inequívoca que el gobernador poblano no tiene muchas cosas positivas de qué hablar.
Aunque, bueno, también pudo ser el show para dejar claro que solo él, ARMENTA, es el que tiene el micrófono y deja que hable quien él quiere, pues este personaje es uno de los enemigos de la libertad de expresión, que intenta callar al pueblo o medios de comunicación que le resultan incómodos, no quiere que en Puebla nadie le cuestione, nadie hable más de lo que él autorice.
Recordemos que ARMENTA se atrevió a enviar al congreso y luego publicar en el Diario Oficial del Estado una ley para censurar la libertad de expresión, nadie puede decirle sus verdades, ni siquiera en redes sociales. Claro el gobernador dice que es para que nadie ofenda, injurie, insulte o agravie a otra persona en espacios digitales, pero los ciudadanos están ciertos que es para protegerse para que nadie se atreva a insultarle, aunque tenga motivos para hacerlo, y que solo se hablen cosas buenas de su gobierno.
Dijo ARMENTA que llevó a su perro a la conferencia y lo entrevistó porque el can le reclamaba que en campaña lo acompañaba y ahora que estaba en el poder a su oficina no le llevaba y, remató, asegurando que ya le creo a su cachorro un programa de televisión, como dijera doña JUANA, ¡hágame el favor¡, el hecho se entiende más como un mensaje que quiso mandar a los comunicadores.
Sí, el gobernador ARMENTA esta pa´l perro, pero no para responder con seriedad a su encomienda, le da más importancia a su mascota que a los poblanos, se insiste, es bueno darle atención a los animalitos que terminan convirtiéndose en parte de la familia, pero hay límites.
Luego de la ocurrencia del gobernador poblano las reacciones en redes sociales no se dejaron esperar, la crítica fue severa, pero bastante merecida, loco, ridículo, payaso, irresponsable, cínico, sinvergüenza es de lo más decente que le atribuyen al ARMENTA.
Igual hay quienes le recomiendan que se atienda con carácter de urgencia, y ya no con un psicólogo, sino que es tiempo de ver al psiquiatra.