LOS HECHOS
POR José Inés Figueroa Vitela
Cuando llegué a Matamoros, en los bajos 80’s, acababan de inaugurar el Puerto del Mezquital;
los ecos de su incidencia aún flotaban en la opinión pública doméstica.
También la sociedad entera se volcó en la ceremonia.
No fue la primera vez que se alentó y llegó a operar una terminal marítima ahí.
Ya en la época colonial se documentó el tránsito de barcos que provenían de Nueva Orleans y
entraban por el Río Bravo en sus travesías; eran atacados por apaches con sus flechas,
precisan reportes de entonces; en el siglo XIX hay referencias a la operación del entonces
llamado Puerto del Refugio y luego Bagdad, pero es hacia 1982, a donde se remite el origen de
lo que esta semana se inauguró como el T-MEC Puerto del Norte.
Fue el Presidente JOSÉ LÓPEZ PORTIILLO quien mandó “abrirlo” para sacar la extraordinaria
cosecha de sorgo de la época; el primer y único barco que entró, para su apertura, encalló al
día siguiente, cuando intentó salir y pasaron semanas para que pudieran despejarle su partida.
Dos años después, como quiera, ya MIGUEL DE LA MADRID Presidente lo declaró
inaugurado.
Fue en ese inter, cuando como Jefe de Redacción del periódico El Popular, me tocó dar
seguimiento a una entrevista-reportaje que explicarían lo que después no entendieron otros, o
usaron convenientemente en su beneficio.
Declaró entonces, el exalcalde matamorense e ingeniero de profesión, ENRIQUE SILLER
FLORES, que la ubicación del puerto en Matamoros se había elegido a contentillo de los
empresarios portuarios del sur de Texas, en una zona donde las corrientes marinas asolvarían
de manera permanente los canales, impidiendo su navegabilidad.
Durante cuatro décadas, en que el puerto inició, concluyó y consumió sus obras corroídas, al
paso de los sexenios, los hechos le dieron la razón: la figura sirvió para engordar algunos
bolsillos deshonestos y pagar favores políticos con cargos y contratos sin oficio ni beneficio.
Fue hasta la llegada de AMÉRICO VILLARREAL ANAYA como Gobernador, que se empezó a
ver la viabilidad de la obra, conjurando la suerte dibujada por SILLER hace casi medio siglo.
El actual gobernador tamaulipeco planteó la viabilidad física y económica de la terminal
marítima, con estudios científicos universitarios, en los que participa la UAT y la UNAM;
identificó y promovió diversificados mercados para su uso y concitó la participación de la
Secretaría de Marina, con los trabajos de dragado que iniciaron dos años atrás y hoy permiten
el acceso de grandes embarcaciones, comprometiendo su permanencia para el mantenimiento
y crecimiento gradual de las profundidades.
Las escolleras extendidas, también están proyectadas para crecer en solidez y distancia,
conjurando el amago de las corrientes marítimas que en el pasado impidieron la consumación
de la obra, cuya ubicación geográfica la pone camino de convertirse en otro de los principales
polos de desarrollo y proyección global del país, dentro de los planes estratégicos de la
Presidenta CLAUDIA SHEINBAUM PARDO.
Cuando, 40 años atrás, se puso en marcha el Puerto de Altamira, en el sur, no faltaron los
escépticos que hablaron de un “elefante blanco”; pasado el tiempo, Altamira no solo superó al
histórico Puerto de Tampico, sino que se ha ubicado entre los tres más importantes del país,
con un amplio abanico de posibilidades para el crecimiento.
Matamoros, y su Puerto del Norte, con el primer embarque de 300 vehículos nuevos y un
contrato para otros mil en viaje distinto, inicia con una visión clara de lo mucho que tiene por
hacer para alcanzar su plenitud, pero con la seguridad y decisión de hacerlo.
Las doce armadoras en el noreste del país, las cuatro siderúrgicas, el cinturón plegado perdido,
en pleno desarrollo para empezar la producción de hidrocarburos en aguas profundas en cosa
más de un año, la re valorada cuenca gasífera de Burgos y el creciente mercado del gas
licuado, más la producción primaria en evolución a secundaria y terciaria por los mismos oficios
del doctor, hacen infinitas las posibilidades.
Como los hospitales, como las supercarreteras, como el puente roto, los sueños de los
tamaulipecos truncados por los gobiernos pasados, siguen reviviendo y concretando en
realidades que son oportunidad de desarrollo y crecimiento para los individuos y sus familias.
La fórmula parece sencilla: honestidad, voluntad y trabajo; visión y decisión; preocupación y
ocupación social, para que nadie se quede atrás.
“No hay nada más poderoso, que una idea a la que le ha llegado su tiempo”, parafraseó el
Gobernador a VÍCTOR HUGO, en la ceremonia de este fin de semana en Matamoros.
Con El Puerto del Norte, AMÉRICO volvió a hacerla.