La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

¿Por qué tanta basura en la IV T y su Segundo Piso?
¿Qué pasó en los inicios de cambio de régimen que abanderó AMLO como presidente?
¿Eran necesarias esas alianzas riesgosas, que hoy salen a flote como lo más podrido de un movimiento progresista?
Andrés Manuel López Obrador, no la tuvo fácil. Venía de dos gigantescos fraudes, instrumentados por sus adversarios, en el 2006 y 2012. Ello lo obligó, a realizar alianzas pragmáticas con quienes buscaban la alternancia como forma de sobrevivencia y también los grupos diversos, que anhelaban desde décadas atrás, la transición del régimen, es decir un cambio estructural.
AMLO midió el escenario.
No le daba para vencer inobjetablemente al PRIAN. Abrió entonces el abanico de alianzas con todo tipo de políticos, que estaban cansados del viejo sistema creado por el PRI y el PAN.
Así se sumaron gente como Lily Téllez, Manuel Espino, el Pollo Gallardo y otros.
Del Partido Verde, llegaron a esa amplia coalición personajes impresentables.
Cuando se dieron cuenta que el asunto iba en serio, esos aliados fracturaron la alianza; y como muchos, se fueron de la IV T, o emigraron a otras opciones políticas.
En buena parte, ese fue el origen de los renglones torcidos de MORENA.
AMLO, supo de esos personajes que pervirtieron el movimiento. Pero no podía deshacerse de ellos, sin fracturar las tareas fundamentales de su proyecto de gobierno.
Esa coyuntura, permitió a sujetos de chile y de manteca, adherirse a la IV T y convertirse en gobierno. Un fragmento de esas sumas perversas, en Tamaulipas fue José Ramón Gómez Leal.
El lopezobradorismo quiso ser desde sus inicios, un partido incluyente y diverso. En tanto no vieran desmoronarse al PRI y al PAN, todo acuerdo parecía saludable.
El Segundo Piso de la IV T, vive otro escenario; mucho más favorable: con un control absoluto en los tres poderes de la república, puede realizar las mutilaciones, amputaciones que sean necesarias con la prudencia y cautela que se requiere.
Sheinbaum no es Lázaro Cárdenas.
Ni AMLO, es Plutarco Elías Calles.
López Obrador, sabe que la profundización de la IV T, sólo se concretará si la presidenta, se deshace de las rémoras que su gobierno heredó.
Se ven señales: el expresidente, se desentendió de Adán Augusto López y del propio Andy.
La nueva república de Sheinbaum pasa por ajustar cuentas con los que fallaron, traicionaron, al movimiento y a su líder AMLO.
La investigación en el Sureste es apenas el inicio de lo que el país demanda: ajustar a los gobernadores morenistas.
El Segundo Piso de la IV T, también debe expresarse en las regiones.