Reflector/Gilda R. Terán.

Este fin de semana se rendirá homenaje al cantautor de Altamira, quien con su música
vernácula, fortalece las raíces y la riqueza cultural de la entidad, y justamente en el espacio
turístico en la Ciudad de México.
Tendremos en la memoria de Cuco Sánchez, música alegre para mucho rato, en el espacio
de “Punto México”, además de enseñar como se baila y zapatea en Tamaulipas los
huapangos, polkas y sones.
Y eso no para ahí, sino que también se podrá degustar la gastronomía tamaulipeca, que es
rica en sabores y colores, toda esta muestra de riqueza cultural se realiza en la Secretaria de
Turismo Federal ubicado en la zona de Polanco de la ciudad de México.
Así de esta forma el Secretario de Turismo en Tamaulipas, promueve de forma intensa
todas las bellezas naturales, su riqueza que es una gran gama desde los bailes folclóricos
regionales, su música y lo puntos turísticos de recreación que son referente nacional para un
esparcimiento familiar.
Cuco Sánchez prolífico cantautor, nació con el ejército ya que su padre, don José del
Refugio Sánchez Herros, era Capitán Primero Pagador del Ejército Mexicano, resulta que
se trasladaba con su regimiento y acompañado de su esposa que estaba embarazada a la
ciudad de Altamira.
Era un cálido mes de mayo iniciando la medianoche cuando empezó la labor de parto, ya
estando en este municipio de Tamaulipas, y justo el día 3 de 1921, llego un bebé que nació
para traer la música vernácula a este mundo.
Su familia viajaba constantemente en los primeros cinco años de vida del pequeño Cuco, y
así era el ir y venir por el trabajo del ejército, pero un día, su padre decidió ir al norte a
enlistarse con el General Álvaro Obregón, y desde esa fecha, la familia no lo volvió a ver
hasta después de muchos años.
Entonces, su madre lo llevó a él y a su hermano menor Enrique a vivir a la Ciudad de
México, en Tulyehualco, ahí compraron algunas chivas vacas para vivir, y desde entonces,
Refugio se convirtió en pastor y tuvo que trabajar muy duro para procurar algunas
comodidades a su madre y hermano.

Y memorables frases de sus canciones se han convertido en aforismos de la jerga popular,
por ejemplo: “la chancla que yo tiro no la vuelvo a levantar”

Desde pequeño se caracterizó por decir frases bonitas, le gustaba mucho escribir, así
empezó a redactar ideas muy completas y poéticas, con el tiempo se dio cuenta de su
capacidad y facilidad para componer melodías para acompañar esas frases y pensamientos.
Cuando era muy joven, en un programa de Radio Mil, no se presentó un cantante y Paco
Malgesto le sugirió que cantara, y a partir de ahí logró una gran aceptación del público; y
fue tomando el estilo que lo caracterizó y lo llevó al éxito.
Estos inicios de su carrera fueron en 1937, solo tenía 16 años, fue en 1939 cuando su
canción Mi chata lo lanzó a la fama y partir de ahí, compuso más de 200 canciones, varias
de ellas para el cine.
Fue compositor de más de 200 canciones, muchas de las cuales fueron traducidas a 27
idiomas e interpretadas por cantantes tan populares como Pedro Infante, Lola Flores,
Amalia Rodríguez, Rosenda Bernal y Selena.
Quien no se emocionó con las partituras de “Anoche estuve llorando»; «Qué manera de
perder»; «El Mil Amores», «Grítenme Piedras del Campo»; «Fallaste Corazón», «No soy
monedita de Oro»; «Corazoncito Tirano»; «La Cama de Piedra»; «El Compadre más Padre»
y «Arrieros Somos».
Ya en 1998 su salud se había deteriorado, y con diagnosticó el mal de Alzheimer, sufrió
problemas de próstata y una fractura de cadera limitó su movilidad. Murió a los 79 años
como consecuencia de una deficiencia renal, pero aun después de haber partido, Cuco
Sánchez es una “leyenda viviente”.
Y es que los seres humanos convivimos con la música en todo momento, es un arte que nos
hace disfrutar de tiempos placenteros, nos estimula a recordar hechos del pasado, nos hace
compartir emociones en canciones grupales, conciertos o tribunas deportivas, y es una
medicina para el alma.
Hasta la próxima.
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