Enfoque Sociopolítico |
Por Agustín Peña Cruz*
Ciudad Madero, Tamps.- En una inusualmente franca declaración ante medios de
comunicación, el alcalde de Ciudad Madero, Erasmo González Robledo, reconoció
públicamente lo que muchos ciudadanos llevan meses denunciando: las graves fallas en el
funcionamiento del aparato municipal, especialmente en materia de atención al público. “El
que no quiera trabajar, que renuncie”, sentenció el edil, en un tono que recuerda más al
directivo de una empresa privada que al titular de un gobierno local.
Durante la entrevista, el mandatario municipal respondió a cuestionamientos ciudadanos
sobre el deficiente trato que algunas dependencias brindan al público. En particular, se
expuso un caso en el que personal de oficina se negó a revisar documentación entregada
de manera formal por un ciudadano, alegando que “primero se entrega completo y luego se
revisa”, actitud que, más allá de la burocracia, exhibe una preocupante falta de vocación de
servicio.
“Hay muchos empleados que faltan a la ética profesional”, reconoció el propio González
Robledo, al tiempo que admitía la existencia de una “curva de aprendizaje” al inicio de toda
administración. Sin embargo, lo dicho por el alcalde no es menor: este tipo de declaraciones
suelen estar cuidadosamente calculadas en el lenguaje político, pero en esta ocasión fueron
directas, sin filtros, con un mensaje claro a su equipo de trabajo.
El mandatario también subrayó que uno de los errores administrativos ha sido confiar
excesivamente en los mandos intermedios. “A veces se nos pasan estos detalles… Yo
confío mucho en los jefes”, dijo, y agregó que insistirá en la capacitación continua del
personal para mejorar el servicio público. La propuesta de implementar mecanismos
similares al mystery shopper del sector privado —como método para evaluar la atención al
ciudadano— fue bien recibida por González Robledo, quien aseguró que se trata de una
iniciativa viable.
Pero la gravedad del asunto no puede perderse entre las buenas intenciones. El
reconocimiento de las fallas es, sin duda, un paso importante, pero no exime al gobierno
municipal de la responsabilidad que implica operar un sistema administrativo eficiente y
empático. En una ciudad donde la gobernanza local debe ser la piedra angular del bienestar
social, la falta de atención digna y expedita se traduce en un descrédito directo al servicio
público.
Erasmo González también presumió que su administración cuenta con funcionarios
experimentados: “Tenemos un director de obras públicas con más de 25 años de
experiencia, cuatro extesoreros municipales…”, lo cual, lejos de tranquilizar, plantea otra
interrogante: ¿cómo es posible que con tanto conocimiento acumulado persistan fallos
básicos en la atención al ciudadano?
En una época de exigencia ciudadana cada vez más informada, la legitimidad de un
gobierno no sólo se construye con resultados visibles, sino con la capacidad de escuchar,
corregir y responder eficazmente a sus gobernados. Si bien el alcalde ha dado un primer
paso al admitir lo evidente, la ciudadanía de Ciudad Madero no espera excusas: exige
soluciones concretas.
Y en política, como en la administración pública, lo que no se corrige a tiempo, se cobra con
creces en las urnas.
Nos vemos en la siguiente entrega mi correo electrónico es [email protected]
- El Autor es Master en Ciencias Administrativas con especialidad en relaciones industriales, Licenciado
en Administración de Empresas, Licenciado en Seguridad Pública, Periodista investigador independiente
y catedrático.