Golpe a golpe

Por Juan Sánchez Mendoza

Hay aquí en Tamaulipas cualquier cantidad de portales electrónicos que no le cuestan un solo centavo a quienes los crean vía Facebook –sobre todo–, y según estadísticas los más no cuentan con dominio registrado legalmente –aprovechando que la plataforma es gratuita–, a diferencia de las páginas web con marcado profesionalismo periodístico,

La aparición de esos portales, aunque no desacredita a los verdaderos periodistas, causa confusión entre la sociedad que resulta bombardeada en las redes sociales con supuestos, verdades a medias o mentiras, emitidas al amparo de la libertad de expresión.

Pero sí demerita a quienes simulan ejercer el periodismo y se ostenten ser comunicadores para la comisión de tropelías.

Hay ejemplos claros de que cualquier cabrón se dice contador por sólo saberse la tabla del dos. O contar billetes. Y eso mismo pasa con los falsos periodistas que nunca han hecho un reportaje, una entrevista, ni cubierto la noticia oportunamente.

Lo peor del caso, es que tampoco dominan la ortografía, la gramática, la sintaxis ni la puntuación –que son elementales en todo escrito–, y hasta se entrometen en la vida privada de sus semejantes en clara violación a los preceptos de nuestra Carta Magna.

Eso ha provocado que las redes sociales disminuyan su credibilidad; y lo peor es que el auténtico periodismo sea confundido con invenciones, por los receptores que le restan crédito, ante el avallasamiento de comentarios ligeros

De buena fuente sé que el gobierno estatal anterior, por vía de su Coordinación de Comunicación Social, creó portales para disfrazar todo el gasto en materia de promoción y publicidad de actividades oficiales, en su objetivo de justificar el presupuesto asignado a ambas actividades; o para denostar a los opositores del entonces régimen gubernamental.

Esto lo saben bien en la administración actual, por lo que preveo que harán ajustes para evitar que las arcas sigan siendo saqueadas por falsos ‘periodistas’.

Y, por cierto, hasta donde sé, están bien identificados porque todavía acatan órdenes para defender lo indefendible.

Cambios en puerta

Américo Villarreal Anaya es un médico que siempre ha hablado con la verdad. Y, tan es así que en los conciertos nacional, estatal y municipal siempre es recibido gratamente.

No sólo ahora que es gobernador, pues su función médica tuvo mucho que ver con su desarrollo humanista –la cardiología es su especialidad–, así que sabe bien dónde pisa y avanza, y con quiénes lo hace, lo que lleva a suponer que en la reestructuración de su gabinete habrá sorprendidos. No sorpresas.

Por cierto, entre los condenados que dicen todavía pertenecer al equipo selecto, ¿quiénes lograron chamba para sus parejas, compadres, amigos y parentela?

Por supuesto, para recomendarlos con los secretarios o directores de los Organismos Públicos Descentralizados, no creo que hayan consultado con el gobernador, haber tratado en corto el tema para su autorización, ni menos haber tenido su visto bueno.

Habrá quienes se topen con pared, pues, Américo, marca la diferencia entre la eficiencia y el oportunismo.

Así que no se crean de falsos mecenas, como les ocurrió a quienes ya no son parte del equipo, pero siguen siendo aplaudidores de los acelerados que quiere adelantar el juego sucesorio.

En fin, en unos días más, me dicen que se harían los movimientos.

Makito vs. periodistas

El tal ‘Makito’ (Carlos Víctor Peña Ortiz) amenaza a los periodistas (que lo critican por sus yerros como político) con fincarles acusaciones penales al estar (él) en desacuerdo con la crítica ante su deficiente desempeño como presidente municipal de Reynosa; y su traición al PRI, al PAN y a morena; y por haber ventilado que un juez de control requiere su presencia para el desahogo de una audiencia por el delito de lavado de dinero.

Reza un dicho popular, que: ‘más tarde cae un hablador, que un cojo’.

Y el hijo de Maki Esther Ortiz Domínguez y Carlos Luis Peña Garza (el lenón de Reynosa) ‘escupe al cielo’, pues ni sus amigos senadores José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña, José Ramón Gómez Leal y Olga Patricia Sosa Ruiz tienen autoridad para secundar su amenaza contra el gremio periodístico.

Correo: [email protected]

Golpe a golpe

‘Facebookeros’

Por Juan Sánchez Mendoza

Hay aquí en Tamaulipas cualquier cantidad de portales electrónicos que no le cuestan un solo centavo a quienes los crean vía Facebook –sobre todo–, y según estadísticas los más no cuentan con dominio registrado legalmente –aprovechando que la plataforma es gratuita–, a diferencia de las páginas web con marcado profesionalismo periodístico,

La aparición de esos portales, aunque no desacredita a los verdaderos periodistas, causa confusión entre la sociedad que resulta bombardeada en las redes sociales con supuestos, verdades a medias o mentiras, emitidas al amparo de la libertad de expresión.

Pero sí demerita a quienes simulan ejercer el periodismo y se ostenten ser comunicadores para la comisión de tropelías.

Hay ejemplos claros de que cualquier cabrón se dice contador por sólo saberse la tabla del dos. O contar billetes. Y eso mismo pasa con los falsos periodistas que nunca han hecho un reportaje, una entrevista, ni cubierto la noticia oportunamente.

Lo peor del caso, es que tampoco dominan la ortografía, la gramática, la sintaxis ni la puntuación –que son elementales en todo escrito–, y hasta se entrometen en la vida privada de sus semejantes en clara violación a los preceptos de nuestra Carta Magna.

Eso ha provocado que las redes sociales disminuyan su credibilidad; y lo peor es que el auténtico periodismo sea confundido con invenciones, por los receptores que le restan crédito, ante el avallasamiento de comentarios ligeros

De buena fuente sé que el gobierno estatal anterior, por vía de su Coordinación de Comunicación Social, creó portales para disfrazar todo el gasto en materia de promoción y publicidad de actividades oficiales, en su objetivo de justificar el presupuesto asignado a ambas actividades; o para denostar a los opositores del entonces régimen gubernamental.

Esto lo saben bien en la administración actual, por lo que preveo que harán ajustes para evitar que las arcas sigan siendo saqueadas por falsos ‘periodistas’.

Y, por cierto, hasta donde sé, están bien identificados porque todavía acatan órdenes para defender lo indefendible.

Cambios en puerta

Américo Villarreal Anaya es un médico que siempre ha hablado con la verdad. Y, tan es así que en los conciertos nacional, estatal y municipal siempre es recibido gratamente.

No sólo ahora que es gobernador, pues su función médica tuvo mucho que ver con su desarrollo humanista –la cardiología es su especialidad–, así que sabe bien dónde pisa y avanza, y con quiénes lo hace, lo que lleva a suponer que en la reestructuración de su gabinete habrá sorprendidos. No sorpresas.

Por cierto, entre los condenados que dicen todavía pertenecer al equipo selecto, ¿quiénes lograron chamba para sus parejas, compadres, amigos y parentela?

Por supuesto, para recomendarlos con los secretarios o directores de los Organismos Públicos Descentralizados, no creo que hayan consultado con el gobernador, haber tratado en corto el tema para su autorización, ni menos haber tenido su visto bueno.

Habrá quienes se topen con pared, pues, Américo, marca la diferencia entre la eficiencia y el oportunismo.

Así que no se crean de falsos mecenas, como les ocurrió a quienes ya no son parte del equipo, pero siguen siendo aplaudidores de los acelerados que quiere adelantar el juego sucesorio.

En fin, en unos días más, me dicen que se harían los movimientos.

Makito vs. periodistas

El tal ‘Makito’ (Carlos Víctor Peña Ortiz) amenaza a los periodistas (que lo critican por sus yerros como político) con fincarles acusaciones penales al estar (él) en desacuerdo con la crítica ante su deficiente desempeño como presidente municipal de Reynosa; y su traición al PRI, al PAN y a morena; y por haber ventilado que un juez de control requiere su presencia para el desahogo de una audiencia por el delito de lavado de dinero.

Reza un dicho popular, que: ‘más tarde cae un hablador, que un cojo’.

Y el hijo de Maki Esther Ortiz Domínguez y Carlos Luis Peña Garza (el lenón de Reynosa) ‘escupe al cielo’, pues ni sus amigos senadores José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña, José Ramón Gómez Leal y Olga Patricia Sosa Ruiz tienen autoridad para secundar su amenaza contra el gremio periodístico.

Correo: [email protected]