Cd. Victoria, Tam.- Resetear el modelo que rige la lucha por el poder, idea de la doctora SHEINBAUM en los días de campaña, es tema de interés creciente desde su llegada a Palacio. Incluso afloran propósitos que difieren del proyecto inicial, dibujado por LÓPEZ OBRADOR.

En la conferencia matutina de este martes, la Presidenta confirmó su intención de promover una nueva reforma que actualice las competencias electorales; las instituciones involucradas y hasta la conformación del poder legislativo, federal y estatal.

La noticia es que se trata de un concepto diferente al impulsado por AMLO mediante iniciativas de reforma rechazadas en 2022 por falta de mayoría calificada y vetadas en 2023 en la Suprema Corte.

Luego insistiría en ello el 5 de febrero del 2024, entre un conjunto de 20 reformas constitucionales donde proponía, entre otros cambios, el reemplazo del INE por un Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC).

Y también la reducción del número de legisladores. De 500 a 300 diputados federales y de 128 a 96 senadores; todos de representación proporcional, mediante listas estatales.

La respuesta de la opinión pública fue algo crítica. Aún los mismos morenistas consideraron dicho pronunciamiento como una manera de marcarle el rumbo al gobierno siguiente. Lo cual la misma CLAUDIA negó argumentando que se trataba de un mismo proyecto trabajado por años sobre los mismos principios.

NUEVA PROPUESTA

Pero la duda quedó. Una vez asumido el cargo: ¿acataría la doctora al pie de la letra (y sin cambiar una coma) la agenda heredada, aun careciendo AMLO de potestad legal para marcar los destinos de la República tras concluir su mandato el 30 de septiembre?

La respuesta se empezó a sentir al siguiente día, primero de octubre, tras jurar protesta como Presidenta en San Lázaro y presentar por la tarde, ante un zócalo lleno, su plan de gobierno. Los “Cien Puntos”.

Paquete de compromisos que, en su “numeral diez”, anuncia una “reforma constitucional al sistema electoral”, para “fortalecer la democracia participativa” y las consultas populares; reducir el costo de las elecciones y el financiamiento a los partidos.

Y (ojo al dato) eliminar los sillones plurinominales. Desaparecer los 200 diputados y 64 senadores que llegan por representación proporcional, dejando solo a los de mayoría directa.

Ratificaría así propuestas adelantadas en campaña (hoy, por cierto, ya aprobadas) como las enmiendas que prohíben la reelección inmediata y las candidaturas para familiares directos de quienes desempeñan el mismo cargo.

Es decir, el traspaso de curules, escaños, alcaldías y gubernaturas entre parientes. Ni permanencia ni nepotismo. Lo cual entraría en vigencia a partir de 2030, aunque los estatutos de MORENA fueron modificados para adelantar dicho criterio al 2027, en los procesos internos de la trinchera guinda.

DIFERENCIAS VISIBLES

Estaba dicho, pues, que AMLO quería eliminar los distritos uninominales (de mayoría) para que el 100% de las butacas fueran proporcionales, con listas elaboradas en cada Estado.

El número de diputados bajaría de 500 a 300 (todos pluris) y el Senado se integraría con 96 miembros, elegidos por listas estatales (3 por entidad), también de representación proporcional.

Cambian los tiempos, el proyecto de CLAUDIA apunta en la dirección opuesta. Se eliminarían los cargos de lista (pluris) y únicamente habría legisladores de mayoría, federales y locales.

Llegará quien compita por el voto, haga campaña y gane. Se cierra el paso a quienes por años han medrado de curules y escaños obtenidos sin esfuerzo, mediante negociaciones de cúpula que les otorgan un buen lugar en las listas. Inscribirse y no morirse, con eso tienen.

Tamaulipas registra varios casos así, en partidos como el MC, el PVEM y el PAN. Gente que ha medrado de dicha gratuidad, sin competir. De aquí su incompetencia.

Brincan de una lista a otra, presumiendo luego de una larga carrera política, en puestos que jamás ganaron. Les fueron concedidos por nepotismo, compadrazgo o complicidades diversas como (por ejemplo) ponerle quintos a la charola. A la alcancía del financiamiento.

RUMBO A SEGUIR

El primer atisbo de dichas diputaciones felices otorgadas vía porcentaje fueron los llamados “diputados de partido” que en 1963 impulsó desde SEGOB su entonces titular GUSTAVO DÍAZ ORDAZ, quien luego sería candidato.

Se estrenaron en la elección presidencial de 1964 y se beneficiaron de ellas el PAN, el PPS y el PARM. Eran simples dádivas de una democracia simulada. Se otorgaban en greña, pobremente reglamentadas y sin utilidad alguna.

Funcionaron hasta 1979, cuando la reforma lopezportillista de JESÚS REYES HEROLES, los reemplaza por el moderno formato plurinominal, con reglas claras y porcentajes mejor calculados.

Pero su gratuidad no cambió. Siguen siendo puestos que no necesitan de votos. Por eso tanta gente de bajísimo perfil hizo de ello un modus vivendi, sin saber lo que es ganar un sufragio con el sudor de una campaña.

El modelo que propone CLAUDIA acabaría con esto, aunque tiene sus asegunes. Entre otros, la concentración de poder. Los partidos pequeños podrían desaparecer de las cámaras y retornaría el viejo carro completo que imperó en la era dorada del PRI.

La discusión apenas empieza. Falta por ver qué camino eligen quienes trabajen en ella. Veo dos caminos. La aprobación ciega de un modelo prefabricado en la cúpula, o la ruta de REYES HEROLES, basada en un gran diálogo nacional, paciente y plural.

BUZÓN: [email protected]

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