Columna Opinión Económica y Financiera.

Dr. Jorge A. Lera Mejía.

Las remesas hacia México registraron una caída interanual del 2.5% en los primeros cuatro meses de 2025, con un total de 19,015 millones de dólares, marcando el primer retroceso en cinco años.

En Tamaulipas, este fenómeno se agudiza, debido que el estado enfrenta una disminución acumulada del 0.8% en el primer trimestre de 2025 y una reducción de 84 millones desde 2021, afectando directamente a las familias más vulnerables.

En Abril de 2025 se registró el nivel más bajo de ingresos por remesas desde 2022, con 4,761 millones de dólares (-12.2% vs. 2024). La disminución se explica por:

Reducción del 8.1% en el número de envíos.

Caída del 4.4% en el valor promedio por transacción (385 dólares por operación).

El impuesto del 3.5% a las remesas propuesto en EE.UU., junto con las políticas migratorias restrictivas de la administración Trump, han generado incertidumbre. Este gravamen podría encarecer los canales formales y fomentar métodos informales, revirtiendo avances en inclusión financiera.

Situación en Tamaulipas:

El estado, históricamente dependiente de las remesas, acumula tres años consecutivos de descensos:

2024: 1,016 millones de dólares recibidos (-$84 millones vs. 2021).

2025 (primer trimestre): 216 millones enviados, con proyección de caída adicional del 0.8%.

Factores clave:

Deportaciones y miedo migrante: Las amenazas de deportaciones masivas y el clima antiinmigrante en EE.UU. reducen la capacidad de envío.

Recesión global: Contracción en sectores que emplean migrantes (construcción, servicios).

Doble tributación: El posible impuesto del 3.5% en EE.UU. generaría una pérdida anual de $50 millones para Tamaulipas, según proyecciones.

Impacto en la población más vulnerable
Al menos 230,000 familias en Tamaulipas dependen de remesas, recibiendo en promedio 5,000 dólares anuales para cubrir necesidades básicas.

La caída actual afecta:

Consumo de hogares: El 72% de las remesas se destinan a alimentación, salud y educación. Una reducción del 5% en estos ingresos equivaldría a perder 1.2 meses de gastos esenciales por familia.

Informalidad financiera: Ante el aumento de costos por impuestos, se prevé un incremento del 15-20% en el uso de canales no regulados, exponiendo a fraudes.

Pobreza multidimensional: Comunidades rurales como Ciudad Mante y Nuevo Laredo podrían ver un aumento del 3-4% en índices de pobreza.

La combinación de factores internos y externos sugiere un escenario complejo:

Crecimiento económico: Las remesas representan cerca del 4% del PIB nacional. Una contracción sostenida impactaría el consumo interno, especialmente en estados del sureste y fronterizos.

Tensión bilateral: La propuesta de impuesto en EE.UU. ha sido calificada por el Senado mexicano como «discriminatoria», lo que podría afectar relaciones comerciales.

En Tamaulipas, donde el 18% de la población vive en pobreza extrema, la pérdida de remesas exacerbaría desigualdades estructurales, limitando acceso a créditos y programas sociales. Organismos como el FMI ya alertan sobre riesgos de inestabilidad social si no se implementan políticas compensatorias.

Este escenario subraya la urgencia de diversificar fuentes de ingresos para las familias y fortalecer programas de empleo local, mitigando la dependencia de flujos externos sujetos a volatilidad política y económica.

En caso de aprobarse el impuesto del 3.5% en futuros envíos de remesas desde EE.UU. en septiembre de este año, se agravaría la actual caída interanual del 2.5% registrada de enero-abril 2025.

Esta medida exacerbaría la crisis en economías locales ya afectadas por deportaciones y recesión global, con riesgo de aumentar 3-4% los índices de pobreza en comunidades vulnerables.