DE PRIMERA ………LA DAMA DE LA NOTICIA
POR ARABELA GARCIA …..


Con más de 13 mil millones de pesos en juego, funcionarios acarreando votos y ciudadanos con
acordeón en mano, México se lanza al reality show electoral más costoso e inútil de su historia.
A seis días de las elecciones, los mexicanos estamos más perdidos que nunca. No sabemos a quién
votar, pero sí sabemos quién no votar. Porque en este país, la fama no la gana el que trabaja, sino
el que roba con estilo y sale en la nota roja. Para eso sí tienen publicidad. Los más conocidos son
los más impresentables, y el resto… bueno, ni el algoritmo de Google los ubica.
Lo que se viene el 2 de junio no es una elección, es un experimento social. El más caro, el más
riesgoso y —con toda honestidad— el menos creíble de nuestra frágil democracia. Nos quieren
vender la idea de que ahora sí vamos a «elegir» jueces y magistrados, como si estuviéramos en un
reality show judicial. Solo falta que aparezcan en televisión haciendo pruebas de honestidad,
cantando el himno nacional sin equivocarse o desmintiendo su patrimonio en vivo.
Pero no se engañe: esto no es justicia participativa, es justicia puesta a modo. La reforma judicial
no busca sanear al Poder Judicial, busca convertirlo en un apéndice más del Ejecutivo. Y como
todo en esta tragicomedia nacional, ya se activó la maquinaria tricolor de tres niveles de gobierno
para asegurar que los «acordeonados» lleguen con su boleta bien planchada.
Sí, volvió el acordeón. No el musical, el otro: el de la vieja escuela, ese que escondías en la manga
durante los exámenes de civismo. Ahora se reparten acordeones con nombres, números y cargos
para votar sin pensar. Porque pensar, al parecer, ya no es requisito democrático. Basta con tener
una credencial de elector y saber seguir instrucciones.
Y claro, hay instrucciones. El régimen teme que la participación sea tan baja que hasta el PREP
tenga que inventarse cifras para no hacer el ridículo. Así que funcionarios, líderes sindicales,
operadores del viejo PRI disfrazados de “servidores de la nación”, todos tienen cuota: hay que
acarrear votos como si fueran tortillas, aunque no sepamos ni a quién ni por qué.
Acordeones para la democracia: el casting judicial más caro de la historia

Mientras tanto, el INE —que ya parece departamento de logística de eventos masivos más que
árbitro electoral— se enfrenta al reto más absurdo de su historia: organizar la elección de 850
cargos judiciales con una nueva cartografía geográfica, judicial y electoral. Todo eso por la módica
cantidad de 13 mil millones de pesos. Sí, más caro que la elección presidencial completa. Porque
nada dice “austeridad republicana” como gastar miles de millones para que el pueblo elija entre
desconocidos que, en el mejor de los casos, no tienen ni redes sociales.
El presupuesto total del INE para 2025 ya ronda los 40 mil millones de pesos, como si
estuviéramos organizando el Mundial. Y todo para una elección donde nadie sabe qué está en

juego, ni quiénes son los jugadores, ni qué diablos dice la letra chiquita de la convocatoria
publicada al vapor por el Senado.
Ahora bien, ¿y si los ciudadanos que sí investigan, que sí comparan perfiles, que sí se preocupan
por el país, se movilizaran con sus propios acordeones? ¿Y si participaran no para validar el circo,
sino para intentar que el desaguisado sea menos dañino? Tal vez, solo tal vez, el daño sería menor.
Porque al final, votar o no votar es una decisión personal. Pero lo que no podemos permitirnos es
votar sin saber, votar por consigna o, peor aún, dejar que otros decidan por nosotros. En esta
elección, como en muchas otras, lo que se juega no es solo un cargo: es el futuro de nuestra
democracia.
Y la neta… está pelado.
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