A la intemperie, sin acceso a un sanitario que satisfaga sus necesidades básicas y con el constante riesgo de ser víctimas de asaltos, así transcurren los días y las noches de los familiares y amigos de los pacientes internados o en el área de urgencias de la Clínica Hospital del IMSS La Loma.

Muchos de ellos han optado por refugiarse en el tejabán de algún negocio cerrado por la noche, donde exigen a las autoridades la instalación de un sanitario, aunque sea de forma temporal. Esto se debe a que permanecen a la espera del llamado de enfermeros y personal del IMSS, quienes les informan sobre el estado de salud de sus seres queridos o les solicitan medicamentos y otros materiales.

La situación se agrava para las personas de la tercera edad, que pasan la noche en el duro concreto de las banquetas o, en el mejor de los casos, en alguna área verde. Estas condiciones las exponen a la inseguridad y a la falta de privacidad, ya que no hay excusados disponibles, ni siquiera para mujeres y ancianos que tienen familiares internados.

En medio de esta realidad desgarradora, los familiares y amigos de los pacientes expresan su descontento por la atención deficiente que reciben. Pasan días enteros en estas condiciones precarias, enfrentando la falta de un sanitario que les permita satisfacer sus necesidades básicas.