La Comuna
José Ángel Solorio Martínez
La Secretaría de Educación de Tamaulipas (SET) y su nuevo titular, Miguel Ángel Valdez García, siguen a la deriva. Con una visión neoliberal de la educación el sucesor de la deshonesta Lucía Aimé Castillo Pastor es dueño de una retórica, si no fuera por su gravedad, que describiríamos con cómica.
Aseguró que no hay rezago con los profesores sólo existe retraso.
(O algo así de absurdo, grotesco).
El sujeto, que presume una amplia trayectoria en escuelas de educación privadas, asegura que reparará la institución que le heredaron.
Para el sindicato, nada.
Para sus amigos, todo.
Desde su llegada a la dependencia, se dedicó a avalar las trapacerías de Lucía Aimé.
Cientos de plazas entregadas al final de su gestión fueron avaladas por Miguel Ángel; en tanto a los maestros de la Sección XXX del SNTE evasivas, alegatos para no cumplir con los convenios firmados hace años.
Lucía Aimé y su pandilla, en su presurosa salida aprovechó su último tramo de autoridad y se asignó una jugosa plaza de investigadora. Obvio: no asiste, sólo cobra por esos servicios. Se excedieron: ese tipo de plazas son las más disputadas, porque el salario es de los más altos en todo el sistema.
Pues sí: la exsecretaria y sus íntimos son ahora investigadoras de la SET.
Nunca en su larga vida burocrática, ha realizado un aporte de conocimiento nuevo en el área de la educación. Y menos sus colaboradores a los que premió.
A pesar de eso: ya devengan un salario que parece robo.
Muchos de ellos no tienen el perfil para ocupar esas plazas; muchos y muchas, no cuentan con posgrados acreditados –la mayoría son egresados de universidades patito, fraudulentas–.
Sin lugar a duda: un robo por donde quiera que se le vea.
Toda esa anormalidad administrativa, no existe para Valdez García.
Evidentemente, esa actitud permisiva, cómplice del flamante secretario ha generado inconformidad en las filas magisteriales porque sus miembros tienen años haciendo fila para competir por esos lugares.
Los profesores, confiaban en que el cambio los beneficiaría. No ha sido así. Se incuba nuevamente, un estallido magisterial en Tamaulipas ante el desdén de la autoridad educativa que se esperaba fuera diferente a la destructora del sistema educativo regional Lucía Aimé.
La IV T está en una encrucijada.
Son tres años signados por el enfrentamiento SNTE-SET; lapso, objetivamente, perdido para los planes y proyectos educativos en el estado.
El tiempo de Castillo Pastor fueron de retroceso.
Ahora, la tarea del matamorense Miguel Ángel, tiene visos de ser de similar característica de su antecesora.
Doloroso para la comunidad educativa.
¿Y así se atreven a festejar el día del niño?