Cd. Victoria, Tam.- Con voluntad de hierro, propia de los jesuitas, JORGE MARIO BERGOGLIO (“papa Francisco”) alcanzó a levantarse desde su lecho de moribundo para vestir de nuevo el hábito blanco y acudir a los rituales de Semana Mayor en silla de ruedas. La última Pascua de su vida.

Su reaparición exigió un esfuerzo sobrehumano tras la neumonía que lo mantuvo 38 días hospitalizado. Asomó al balcón con rostro inexpresivo, sin la sonrisa fresca que le caracterizaba.

Tenía 88 años. En marzo pasado su pontificado cumplió 12, tras el retiro de JOSEPH RATZINGER (“Benedicto XVI) en 2013, quien permanecería como “papa emérito” hasta su muerte en 2022.

Este domingo, la postrera bendición de BERGOGLIO nos mostraba un brazo cansado que muy apenas logró trazar en el aire algo parecido al signo de la cruz.

Ni siquiera pudo girar la muñeca para ubicar su mano “de canto” hacia la feligresía. Levantó la palma de frente, con los dedos abiertos. Más que una bendición parecía un adiós, un gesto de despedida con solo seis palabras: “Cari fratelli e sorelle, buona Pasqua” (queridos hermanos y hermanas, buena Pascua).

Luego vendría el tradicional discurso “Urbi et Orbi” (“A la ciudad y al mundo”) que, ante su visible agotamiento, sería leído por el arzobispo DIEGO GIOVANNI RAVELLI, maestro de ceremonias del Vaticano.

Se despidió JORGE MARIO el domingo, falleció el lunes a las 07:35 en horario de Roma; las 0:35 de la capital mexicana. El mismo día 21, con diferencia de 7 horas en los relojes.

PALABRAS FINALES

Mensaje postrero leído por RAVELLI, acaso un testamento político. Entre sus temas principales destacarían:
(1) La condena a los conflictos armados y la violencia en múltiples regiones. Con un clamor emotivo: -“Cuánta voluntad de muerte vemos cada día en los numerosos conflictos que afectan a diferentes partes del mundo. Cuánta violencia percibimos a menudo también en las familias, contra las mujeres o los niños. Cuánto desprecio se tiene a veces hacia los más débiles, los marginados y los migrantes.”

(2) El llamado específico a un alto el fuego en Gaza, la liberación de los rehenes israelíes, la ayuda a las poblaciones afectadas por el hambre y también una “paz justa y duradera” en Ucrania, lo cual, dijo, “no es posible sin un verdadero desarme.”

(3) Censuró al antisemitismo, abogó por las comunidades cristianas en Siria y Líbano, al tiempo que recordó la crisis humanitaria en Yemen,

(4) Y algo raro en un pontífice romano: su exhorto a la libertad religiosa, con argumentos de corte liberal: -“No puede haber paz sin libertad de religión, libertad de pensamiento, libertad de expresión y respeto por las opiniones de los demás.”

PROSPECTIVA SUCESORIA

Cabe pensar que BERGOGLIO tuvo tiempo suficiente para preparar un delfinato. Un continuador de su línea progresista, como ocurrió con la trilogía liberal que va de ÁNGELO RONCALLI (“Juan XXIII”). GIOVANNI MONTINI (“Paulo VI”) y ALBINO LUCIANI (“Juan Pablo I”).

Solamente en casos excepcionales dicha continuidad se interrumpe. Sucedió en 1978 tras el envenenamiento de LUCIANI al mes de su llegada. Lo cual permitió el ascenso de su polo opuesto, el ultraconservador KAROL WOJTYŁA (“Juan Pablo II”).

Otro viraje similar volverá a ocurrir con la renuncia de RATZINGER en 2013, presionado por escándalos de pedofilia que alcanzaron al más alto nivel de la curia. Lo cual permitió el ascenso de un líder progresista como BERGOGLIO.

Al llegar, el argentino se encontró un Colegio Cardenalicio dominado por la extrema derecha tras los 37 años que abarcaron los dos papados reaccionarios de WOJTYŁA y RATZINGER, entre 1978 y 2013.

Ahora, con los funerales de rigor, cabe esperar un cónclave más abierto al cambio. Lo cual no necesariamente significa un giro a la izquierda, pero sí hacia la modernidad.

La institución vaticana se encuentra anclada en el pasado y con reglas tan obsoletas, que antes de pensar en un teólogo de la liberación, hay una larga lista de asignaturas pospuestas de carácter secular.

ACTUALIZACIÓN URGENTE

Entre otros temas pendientes de abordar, discutir y replantear, asuntos largamente esperados entre la cristiandad y bloqueados por la derecha en el Concilio Vaticano II (1962-1965) destacan incisos como equidad de género, empoderamiento femenino, celibato, control natal, divorcio y combate franco a la pedofilia con sotana.

Pero también transparencia administrativa, especialmente en el ámbito financiero. Esas instituciones bancarias dónde la Iglesia tiene metidas las manos y muy poco se sabe de sus trafiques. Los reportes de inversiones bursátiles que incluyen su tenencia accionaria en la industria armamentista.

Por igual, ronda la demanda de una estructura eclesial menos jerárquica, más horizontal y con mayor autonomía de los episcopados nacionales. Necesidades, por cierto, planteadas desde los tiempos de LUTERO.

En efecto, BERGOGLIO tuvo oportunidad de preparar el camino, al igual que RONCALLI y MONTINI pavimentaron el paso a LUCIANI. La sucesión del presente 2025 será muy distinta a las de 1978, 2005 y 2013.

En este trayecto, la curia conservadora ha envejecido y disminuido su peso en la asamblea electiva que se avecina. No podrán votar quienes tengan 80 años cumplidos al quedar la sede vacante.

De acuerdo a la constitución apostólica, el cónclave debe comenzar entre 15 y 20 días después del fallecimiento, lo cual nos ubica entre el 6 y el 11 de mayo. Quizás no haya espacio para un cambio radical, pero sí para una reforma sustantiva.

BUZÓN: [email protected]

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