La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

Ante la fragilización de los proyectos sucesorios de los senadores Olga Sosa, José Ramón Gómez Leal y Maky Ortiz, debido a sus vínculos inconfesables –pero inocultables– con los poderes fácticos, emergió el plan B de la IV T: Carmen Lilia Cantú Rosas.
Ya hay señales.
La desesperación de Sosa es evidente.
En esta semana mayor se le vio acompañada de diversos actores en eventos multitudinarios en las playas del estado. Matamoros y Tampico la vieron con su fingida y mecánica sonrisa auto promoviéndose.
(La dentadura más publicitada de Tamaulipas, ahorita debe estar lamentándose, de ser vista acompañada por el alcalde Beto Granados, quien es uno de sus más entusiastas promotores; de hecho, ya la llama candidata a la gubernatura).
JR y Maky quedaron fulminados, paralizados por los acontecimientos que prohijó las inundaciones. Su oportunismo ante la desgracia de miles de ciudadanos fue tan evidente, que los echaron de los lugares donde osadamente intentaron mostrar una empatía con los desvalidos, que nunca han tenido.
La senadora Sosa, entendió mal a la presidenta Claudia Sheinbaum.
Dijo que los senadores debían salir a promover la IV T.
No sus personas.
No que anunciaran sus destapes.
Cantú Rosas hizo su primera incursión más allá de su feudo. Obvio; no lo haría sin la venia del primer jefe político del estado; no se movería, sin la aquiescencia del líder real de MORENA en el estado.
Indicación clara, transparente.
No es profecía; no es adivinanza.
Son los escenarios los que hablan.
Los tres senadores, deberían estar agradecidos con la nueva compañera que se suma a la competencia. Con la incursión de Carmen Lilia, los reflectores ya no estarán enfocados en sus cuestionadas carreras políticas y sus vergonzantes tratos; de una u otra manera, el ampliar la baraja le imprime oxígeno a la tercia de senadores.
La sana distancia de los poderes fácticos, que en el pasado era impensable para una carrera política exitosa, hoy es obligatoriedad. El paisaje global, nacional y regional, demandan candidatos alejados de los pecados actuales.
Esa peculiaridad de la nueva circunstancia, no la han asimilado ni Maky, ni Olga ni el JR.
Lo que fue permitido en el pasado, al parecer, ya no lo es.
El pensamiento del PAN y el PRI que normalizaron los acuerdos, con actores oscuros, está en retirada.
Hasta MORENA estuvo permeado por esa mecánica: convertir el dinero -de cualquiera que fuera el origen- en el instrumento de ascenso político de innumerables actores.
Matamoros –Beto Granados– fue una alerta de las políticas de nuevo cuño de USA.
Esperemos que el próximo gobernador (a), no tenga cuentas con el Tío Sam.